Beowulf (Robert Zemeckis, 2007)

BeowulfDirección: Robert Zemeckis.
Reparto: Ray Winstone (Beowulf), Anthony Hopkins (rey Hrothgar), John Malkovich (Unferth), Robin Wright Penn (Wealthow), Brendan Gleeson (Wiglaf), Crispin Hellion Glover (Grendel), Alison Lohman (Ursula), Angelina Jolie (madre de Grendel).
Guión: Neil Gaiman y Roger Avary.
Producción: Steve Starkey, Robert Zemeckis y Jack Rapke.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Robert Presley.
Montaje: Jeremiah O’Driscoll.
Diseño de producción: Doug Chiang.
Vestuario: Gabriella Pescucci.
USA 2007

Este es un nuevo intento en ese afán del cine de llegar a representar de forma lo más artificial posible la realidad, pero haciéndola parecer real. Si ya de de por sí el cine es una interpretación irreal del mundo, cada vez esto se hace de forma que se utilicen el mínimo número de elementos reales.

Si por ejemplo con la reciente 300 supimos que todas las escenas (menos una) se habían rodado delante de cromas, esas pantallas azules sobre las que luego se coloca el escenario deseado, en esta ocasión directamente la película es de animación, aunque en ocasiones parezca que los actores son reales.

Angelina y Beowulf

No estoy muy ducho en estos temas de la animación, pero esta técnica o muy similar ya se ha visto antes en otras películas como The Polar Express, aunque el número de cámaras utilizadas para los efectos especiales en aquella fue de 72 mientras que en Beowulf se han utilizado 300.

Los personajes son animados, pero se pueden ver en ellos rasgos casi humanos, que según avanza la tecnología van mejorando, hasta el punto como digo de en ocasiones parecer reales y por supuesto poder distinguir perfectamente los rasgos de los actores en que “se basan” y cuyos movimientos se han digitalizado utilizando los clásicos trajes creados para ello. Si además tienes la ocasión de ver la película en 3D, como se emite en algunos cines, la experiencia será aún más impresionante.

Podría llegar el día en que las películas puedan rodarse simulando actores ya fallecidos y sin contar con actores reales si ya se tienen “los datos” de estos. Sería una dependencia menos para el cine, cuyas estrellas cobran desorbitadas sumas por su participación en películas. De hecho se lleva tiempo rumoreando que se prepara una película con Chaplin o con Bruce Lee como uno de sus intérpretes, “resucitar” a viejas glorias.

En cualquier caso, tal y como están las cosas actualmente y establecido el Star System a los actores no parece preocuparles que se puedan quedar sin trabajo, aunque ya hay creaciones virtuales en la red que han adquirido fama considerable.

Lo que pasa es que hacer una película de animación para que parezca real no le encuentro mucho sentido. Lo único ventajoso es que puede dar algunas posibilidades para rodar escenas con más sencillez, o cosas que simplemente sería imposible hacer con actores de carne y hueso, como pasó con el Golum de El Señor de los Anillos.

Dragón

Beowulf tiene unas cuantas escenas cuyo rodaje en realidad sería inviable con actores de carne y hueso sin usar técnicas de efectos especiales, como todo lo referente al dragón, por ejemplo.

En este caso hay que decir que esa escena y la de la primera batalla de Beowulf con el monstruito Grendel tienen una acción trepidante y unos movimientos que han quedado muy logrados, dando tensión a las luchas y consiguiendo hacerlas interesantes con planos más largos que los que se ven en películas de acción modernas, donde las secuencias de acción incluyen planos de milisegundos de duración, hay una lucha y ves un montón de imágenes pasadas a toda velocidad y casi no te enteras de lo que pasa. Más que rodar y montar, «zurcen» las escenas.

En este caso además de destacar por el tema de la animación, hay que decir que hay contenido detrás, porque la historia que se cuenta es la de Beowulf, un héroe famoso de la literatura. Además según los escritores del guión, lo empezaron a escribir en 1997.

Sobre el personaje de Beowulf ya había otras obras anteriores, quizás la más conocida a la vez que olvidable es la protagonizada en 1999 por Christopher Lambert, en una interpretación en la línea del resto de su carrera.

El director es Robert Zemeckis, cuya anterior película fue justamente The Polar Express, por lo que ya tenía experiencia en estas lides. Además le ha cogido el gusto, porque lo siguiente que estrene será una nueva n-ésima versión del Cuento de Navidad de Dickens (con el histriónico Jim Carrey haciendo del Sr. Scrooge, uno de los mejores malos de la literatura, y de los diferentes fantasmas de la Navidad).

A pesar de los personajes digitales, las interpretaciones de los actores subyacen en los personajes y Anthony Hopkins (el anciano rey), Robin Write Penn (la meditabunda reina), Brendan Gleeson (la conciencia y punto de cordura del protagonista), Angelina Jolie (sólo hay una palabra: espectacular) y sobre todo el protagonista Ray Winstone, omnipresente Beowulf, hacen un gran trabajo.

Grendel eres muuuuuy malo

La lectura que puede hacerse a la historia la dejo a cada cual. Un guerrero atrapado por su propia fama, con una autoconfianza que se le sale por el cuello de la camisa, cuando la lleva puesta y con unas ganas de pegarse con todo bicho viviente que sólo se ven paradas por el afán de convertirse en un rey recordado. Pero bueno, la historia viene de un antiguo poema, así que no nos las vamos a dar ahora de entendidos cuando no tenemos ni idea.

La película está hecha para disfrutar y los momentos de acción permiten hacerlo de una forma reconfortante. Los buenos y malos momentos del protagonista y las ambiciones de cada uno de los personajes, también están ahí, pero basta con pasar un buen rato viendo a ese tío, que ya se encarga de deciros hasta la saciedad eso de: ¡¡¡YO SOY BEOWULF!!! Lo que me recuerda a otra peli reciente donde decían: ¡¡¡SOY MEGATRÓN!!!

Curiosidad: el último actor en interpretar a Beowulf anteriormente fue Gerard Butler, el Rey Leónidas de 300 en la película Beowulf y Grendel, que no llegó a estrenarse en cines en España.

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