Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers, 1980)

Película de los 80, con buena música, nazis como malos y muchas persecuciones y coches chocando: no puede ser una mala película.

Esos son los principales ingredientes de Granujas a todo ritmo, como se tituló en España, pero más conocida como los Blues Brothers, que son los hermanos protagonistas que dan además nombre a la banda que forman junto a otros componentes y que centra la trama. Película de culto con todas sus letras, con una legión de seguidores y un elenco digno de admiración. Pero ya hablaremos de eso.

La trama es muy sencilla de explicar. Jake (John Belushi) sale de cárcel y su hermano Elwood (Dan Aykroyd) acude a recogerlo. Pero lo primero que le lleva a hacer es a visitar el orfanato en el que se criaron, como había prometido. Allí se enteran de que les hacen falta 5.000 dólares para que no sea cerrado por lo que deciden conseguirlos y para ello necesitan juntar de nuevo a la banda. A partir de ahí se meten en todo tipo de líos para llevar a cabo la hazaña de reunirlos y de poder dar un buen concierto en el que recauden el dinero que necesitan.

the blues brohters
the blues brohters

Todos conocemos esta película, hemos visto disfraces de esta peculiar pareja, que han inspirado muchos otros y no hemos podido evitar mover los pies al ritmo de su pegadiza música.

Granujas a todo ritmo es una película con mucha marcha, principalmente, y es porque la música está presente en cada una de sus escenas. Y aún va más allá porque se montan sus numeritos musicales gente de la talla de Aretha Franklin, James Brown o Ray Charles, entre otros auténticos mitos de la música. Todos ellos actúan e interpretan su música en esta película y es una auténtica gozada verlos en la trama.

Cuando no están tocando, esta pareja de locos hermanos están metiéndose en líos y la forma excesiva en que están rodadas esas persecuciones con cientos de coches de policía detrás de ellos, que chocan y caen unos encima de otros, y cuando parece que ha acabado llegan más, es una auténtica locura, frenética y genial. Y el exceso del destrozo del centro comercial, rodado en una época sin efectos especiales es aún más llamativo. Lo ves entre la estupefacción, la risa y la preocupación.

En la escena final cuando la policía cerca el edificio y empiezan a llegar policías y más policías y cuando parece que no caben más, las fuerzas especiales, y el ejército y más y más fuerzas del orden que toman el edificio. Simplemente absurdo y desternillante en exceso.

Por cierto, entre el reparto también varios directores de cine. En esa última escena es Steven Spielberg el que aparece, que trabajó con la pareja protagonista un año antes en la película 1941 (una de las más flojas de su carrera, todo hay que decirlo). También podemos ver a Frank Oz o al director de esta película, John Landis, el auténtico artífice de todo esto.

El propio John Landis dirigiría casi 30 años después una segunda parte, Blues Brothers 2000, apta para auténticos fans, pero que no está a la altura. Se retoman los personajes, el estilo y el ritmo, pero sin Belushi, que falleció prematuramente solo 2 años después de rodar los Blues Brothers. Aykroyd sin embargo repite con su persojae y como guionista, que también fue de la primera junto a Landis. Y ojo, porque se lleva un tiempo especulando con una serie de televisión sobre los Blues Brothers.

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