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Suecia de cine

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Cuando hace unos meses empecé a planear el viaje a Suecia, del que acabo de regresar, en lo que menos pensaba era en cualquier cosa relacionada con el cine, pero ahora, nada más volver, quiero hacer referencia a algunas cosas que me han llamado la atención respecto a este tema, aunque no fuera de lo más destacado por allá.

En primer lugar, a diferencia de España, en Suecia, más acorde con el resto de Europa, las películas se emiten en versión original, tanto en cine como en televisión. No hay carteleras muy diferentes, predominan los taquillazos americanos, pero por fortuna para ellos todo el mundo habla inglés, no sé cual será la causa y cual el efecto…

En relación con esto, leo en el Fotogramas de este mes que en Suecia se prohibe cortar las películas con publicidad en televisión salvo expreso consentimiento del director. Parece broma, pero viendo por ejemplo lo escrupulosos que son con la prohibición de fumar en lugares públicos, me lo puedo creer. No llegué a constatarlo, pues no vi ninguna película en la tele.

Pero no todo son películas americanas de palomitas en el cine (que por cierto, anda sobre los 9 Euros), también hay algo de producción nacional sueca, y ahí viene otra sorpresa que me llevé, porque mirando el reparto de los Johanssons, Svenssons y Larssons de turno, me encuentro con un nombre vagamente familiar: Cesar Sarachu. ¡Leches, pero si es el Bernardo de Cámara Café!

Efectivamente, por si alguno no lo sabe, el bueno de Bernardo vive en Estocolmo, donde trabaja como actor desde hace unos años y va y viene a Madrid para grabar los episodios de Cámera Café. La película en la que aparecía era Wellkamm to Verona, de nacionalidad sueca, que se estaba estrenando ahora por allí.

También me llegué a tropezar con un par de rodajes en las calles de Estocolmo, un corto donde un niño pobre pedía a la orilla del agua, en la parte exterior del ayuntamiento donde se celebra la comida de los premios Nobel, y otra película en una calleja secundaria. Es normal, dado que es la capital y ahora que por esos lares llega el buen tiempo, se puede rodar en la calle. Eso sí, igual que en todos los sitios, lo importante era tener un buen catering para que los técnicos y actores al menos no pasen hambre, que se trabaja más agusto.

Por último, comentar referente a la publicidad que leo la noticia de que han censurado en la capital sueca el último anuncio de su compatriota Fredrik Ljungberg, que pensaba lucir en el centro de la capital en paños menores junto a una modelo rusa en un cartel gigantesco de 360 metros cuadrados. Ya se ve que por muy civilizado que sea un país, al final siempre hay alguno que viene y lo jode. La censura sigue en pie.

Y me dejo en el tintero por vergüenza torera contaros que película se me apetecía haber grabado allí.

En IMDB | César Sarachu

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