[SERIE] The Leftovers (Damon Lindelof, Tom Perrotta)

The Leftovers, Los sobrantes,  es una serie americana creada por Damon Lindelof y Tom Perrotta disponible en HBO. Son tres temporadas, 28 episodios, rodados entre 2014 y 2017. Es inevitable al verla no pensar en otra serie, en Perdidos, de la que Lindelof fue guionista. El arranque es prometedor. Un día,  el 3% de la población mundial desaparece. Esto sucede en todas las partes del globo terráqueo. A cada familia le afecta de distinta manera, algunos no pierden a ningún ser querido y otros pierden a los hijos que están en el vientre materno, o como le sucede a Nora Durst, a sus dos hijos y el marido de una tacada, cuando  se disponen a comer en la cocina de su hogar. Ese es el punto de partida, la desaparición, denominada La Marcha Repentina.


A partir de ese momento la vida de todos ellos se verá alterada. Surgen los interrogantes, las preguntas que tratan de entender qué ha pasado, por qué razón unos se han ido y otros no. Si los que se han ido tenían algo que los hiciera diferentes del resto. Si la desaparición implica la muerte o están en otro lugar al que es posible llegar, o no. Cómo lidiar con la ausencia, la pérdida, la incertidumbre, dónde encontrar algún asidero, la fortaleza para seguir adelante, si la existencia entonces tiene algún sentido.

Muy presente en las tres temporadas la religión católica. Los predicadores como Matt tratan de consolar a los que se quedan. Pero esta marcha repentina tiene algo que ver con Dios, es la pregunta que cabe hacerse. Al albur de los acontecimientos surgen también algunas sectas como El remanente culpable, que fuman, visten de blanco, no hablan y se comunican mediante la escritura. Algunos de los que se quedaron encuentran en la forma de vida que la secta les ofrece la posibilidad de no pasar página, de seguir teniendo presente a los que se marcharon. Uno de sus miembros, Patti Levin, tiene un papel determinante en la serie. Hay por ahí también un fulano que es capaz de quitar el dolor a las personas abrazándolas, cauterizando así sus heridas, rompiendo esos lazos que los lastran.

El peso de la trama recae sobre los hombres de Kevin Garvey un agente de la ley cuya mujer, Laurie, entra en la secta antes descrita al acontecer La Marcha Repentina, para estupor de Kevin y de su hija Jill. Por otra parte, Nora, lidia como puede con la desaparición de todo su familia de un plumazo y trabaja haciendo encuestas que les permita cobrar una indemnización a los que sufrieron la pérdida de sus seres queridos.

Decía que The  Leftovers se asemeja a Perdidos porque se mueven todos los episodios en el terreno de la irrealidad, lo inexplicable, lo misterioso,  lo sorprendente, abriendo la posibilidad a volver de la muerte, a ir al otro lado y ser capaz de regresar para contarlo. Exige por tanto tener una mente abierta, dejar en suspenso cualquier atisbo de incredulidad, y hacer como Kevin y decir Yo te creo, por qué no iba a hacerlo. De esta manera la serie resultará fascinante, dejará perplejo al espectador y lo arrebatará, y no es para menos con actrices como Carrie Coon o Amy Brenneman, ambas soberbias en sus papeles, demostrando su vulnerabilidad, contingencia, finitud y también su tesón, su capacidad de lucha y resistencia para no dejarse doblegar por muy mal que pinten las cosas. 

Si la primera temporada parece dejar las cosas atadas, la segunda demuestra que no, y sitúa la trama en Milagro en una localidad en la que cuando sucedió La marcha repentina no desapareció nadie. Lugar en el que a pesar del nombre no hacen más que venir problemas en aluvión. La religión toma protagonismo porque se consideran “salvados” y son muchos los que quieren entrar en Milagro a vivir, sometido a continuas amenazas.

La tercera y última temporada pone fin a la historia, incidiendo más si cabe en lo fantástico y en lo religioso con la escritura de un libro llamado a ser la continuación de la Biblia, allá donde lo dejó el Nuevo Testamento, Kevin Garvey Jr mediante, pero sin dejar de lado la naturaleza humana que sigue haciéndose preguntas, buscando la redención, y el amor, por supuesto, mientras vuelvan palomas blancas y agarrar la mano de la mujer amada para decir Estoy aquí, es el final perfecto para una serie soberbia que te deja hecho trizas, pues no es habitual, ni fácil, conseguir tanta intensidad y emoción, así sostenida, capítulo a capítulo y hasta su desgarrador final.

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