Traidor

TraidorDirección: Jeffrey Nachmanoff.
Título original: Traitor
País: USA.
Año: 2008. Duración: 114 min. Género: Thriller, drama.
Interpretación: Don Cheadle (Samir Horn), Guy Pearce (Roy Clayton), Neal McDonough (Max Archer), Saïd Taghmaoui (Omar), Mozhan Marno (Leyla), Jeff Daniels (Carter), Archie Panjabi (Chandra), Aly Khan (Fareed).
Guión: Jeffrey Nachmanoff; basado en un argumento de Steve Martin y Jeffrey Nachmanoff.
Producción: David Hoberman, Jeffrey Silver, Don Cheadle y Todd Lieberman.
Música: Mark Kilian.
Fotografía: J. Michael Muro.
Montaje: Billy Fox.

Son ya unas cuantas las películas, tras el 11-S, en las que de manera directa o indirecta aparecen en la gran pantalla Yihadistas. Esos extremistas que intepretando el Corán a su modo, riegan de sangre la tierra que pisan, para hacer pagar así a los infieles el precio debido.

El prota es Samir, un antiguo operaciones especiales del ejército, que es interceptado por agentes del gobierno de Yemén y agentes del FBI cuando éste se disponía a realizar la venta de unas armas.

Samir es enviado a prisión, de donde sale poco después ayudado con Omar, con quien traba amistad y juega al ajedrez. Omar es Yihadista y le pide a Samir que les ayude en su lucha. Samir accede y pone sus conocimientos en la elaboración de bombas al servicio de la lucha armada de Omar y los suyos. Dada su eficacia, Samir tendrá ocasión de conocer a quienes mueven los hilos en la sombra.

Mientras, dos agentes del FBI, Roy y Archer, tratan de dar caza a Samir, con poco éxito.

El tema pasa por saber si Samir obra así de manera voluntaria 0 si lo hace en base a un plan que desenmascare a los malos. La primera hora tiene chispa, y ritmo. Los personajes se mueven a lo largo y ancho del planeta, cambiando continuamente de escenarios y no hay treguan.

La última media hora echa por tierra los logros anteriores, con un final macarrónico. Cheadle, que da vida a Samir es buen actor, pero aquí lo tiene crudo para hacernos creíble ese mundo interior que lo devora, esa lucha que tiene afrontar para seguir adelante y no darse por vencido. La charla con Omar al final, ene el barco, es de risa.

Es una pena no haber aprovechado mejor a actores como Guy Pierce o Jeff Daniels, este último con unas cuantas intervenciones anecdóticas. Una película por tanto cargada de buenas intenciones, que a lo sumo entretiene, pero que desbarra cuando trata de entrar en un planteamiento más profundo sobre las motivaciones y contexto que han fomentado el escenario mundial actual.

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