Reparto: Guy Pearce (Harry Houdini), Catherine Zeta-Jones (Mary), Saoirse Ronan (Benji), Timothy Spall (Sr. Sugarman).
Guión: Tony Grisoni y Brian Ward.
Producción: Marian Macgowan y Chris Curling.
Música: Cezary Skubiszewski.
Fotografía: Haris Zambarloukos.
Montaje: Nicholas Beauman.
Diseño de producción: Gemma Jackson.
Vestuario: Susannah Buxton.
Australia, Reino Unido, 2007
La vida del gran mago Houdini ha dado para muchas obras, entre ellas varias películas, pues su vida fue, precisamente, de película. Es muy interesante acercarse a este personaje mediático y fascinante en su época y aún hoy en día a nuestros ojos, casi un siglo después.
De hecho, el propio Houdini realizó varias películas allá por los años 20 y han sido igualmente varias las películas que se han realizado sobre él, aunque ninguna destacable.
El papel del mago lo interpreta Guy Pearce, quien encadena así a 2 personajes históricos, este y el de Andy Warhol, aunque desde Memento no creo que haya hecho ninguna película que destaque. En esta interpretación no hay carisma suficiente y su pareja de baile, Catherine Zeta-Jones, no tiene especial química con él, es más, tampoco me ha gustado demasiado ella.
Quién sí destaca de nuevo es la joven actriz Saoirse Ronan, y digo de nuevo porque esta niña de mirada despierta y resuelta interpretación fue nominada este mismo año como actriz secundaria en los Oscar por su papel en Expiación. No llegó a llevarse el premio pero demostró su gran presencia ante la cámara, y aquí de nuevo roba el protagonismo al resto del reparto, algo no muy difícil.
Realmente Houdini dedicó gran parte del final de sus días a luchar contra espiritistas y demás faranduleros de lo paranormal. Era un tema que le interesaba destapar, incluso jugó con ello con su propia muerte, como podemos leer en su frase al final de la película, donde afirmaba que si alguien podía volver de la muerte, él lo haría.
Empezando por la, una vez más, nefasta traducción al castellano del título, siguiendo con lo impreciso como biopic de la trama y terminando con lo poco interesante de la historia, no me extraña que esta película haya pasado sin pena ni gloria por las carteleras y el futuro que se le augura es como película de sobremesa televisiva dentro de no mucho.
Esperemos también que esta sea la última película sobre magos en un tiempo, ya que estamos empezando a tener sobredosis de ellos, entre El Ilusionista y The Prestige. Aunque siempre nos quedarán Potter y otros magos anteriores.
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