Duración: 95 min.
Interpretación: Luis Tosar (Pablo López), María Valverde (María), Mar Regueras (Sonsoles), Nathalie Poza (Eva), Manolo Solo (Francisco), Jordi Dauder (Alfredo), Yolanda Serrano (Alba),
Guión: Lorenzo Silva y Manuel Martín Cuenca; basado en la novela de Lorenzo Silva.
Producción: José Antonio Romero.
Música: Roque Baños.
Fotografía: Alfonso Parra.
Montaje: Ángel Hernández Zoido.
Dirección artística: Pilar Revuelta.
Película basada en el libro de Lorenzo Silva del mismo nombre y colaborador en la elaboración del guión. Un puto lunes, como lo son la mayoría de los comienzos semanales, Pablo se dirige a la oficina y tiene un siniestro con una mujer, a la cual embiste por detrás con el coche. Pablo, hastiado y resentido en su foro interno, con su revolución bolchevique (a los ricos hay que fusilarlos) traicionada por el
Surge entre ellos una relación etérea, no carnal, platónica, carente de palabrería, en un juego de miradas y sonrisas. Angelical el rostro de María saliendo del agua en la piscina.
Luis Tosar, que últimamente ha dado vida a personajes atormentados (en Los lunes al sol, Te doy mis ojos, Trece Campanadas), construye un personaje huraño del que poco se sabe: fue un buen estudiante en la universidad, pasó al mundo laboral como ejecutivo y ahora que viaja, tiene secretaria y gana dinero, pero no el suficiente como para no tener un jefe dando la brasa, no se encuentra agusto con su situación.
Esto lo plasma y transmite Tosar con unos ojos inyectados en sangre y lágrimas, miradas perdidas que confirman su expulsión del paraíso soñado, de la vida imaginada y no lograda, del camino tomado y no deseado. Mezclar esos momentos de angustia, de rabia contenida, con el desahogo que produce oír música a buen volumen ( en este caso tres canciones del disco de Extremoduro “ Yo, minoría absoluta” : Puta, A fuego y Standby (bebo negra la cerveza p´acordarme de tu pelo) interpretadas por Robe Iniesta), mientras se conduce es un momento cumbre que rompe con el ritmo tranquilo y sosegado de la película.
La película carece de ritmo hasta que María aparece en pantalla. Las conversaciones de la pareja toman direcciones opuestas: sarcasmo, ironía, desesperanza, melancolía, añoranza por parte de él. Ilusión, inocencia, anécdotas pueriles, por parte de ella. Es la convivencia de dos planos opuestos en uno mismo y unas interpretaciones estupendas las que hacen de esta sencilla y humilde historia una buen película.
El final, impactante y sobrecogedor es soberbio y perdurable. Queda para el recuerdo la interpretación de María Valverde (la cual acaba de estrenar Melissa P)
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