Interpretación: George Clooney (Bob Barnes), Matt Damon (Bryan Woodman), Jeffrey Wright (Bennett Holiday), Chris Cooper (Jimmy Pope), William Hurt (Stan Goff), Mazhar Munir (Wasim), Tim Blake Nelson (Danny Dalton), Amanda Peet (Julie Woodman), Christopher Plummer (Dean Whiting), Alexander Siddig (Príncipe Nasir).
Guión: Stephen Gaghan; basado en el libro «See no evil» de Robert Baer.
Producción: Jennifer Fox, Michael Nozik y Georgia Kacandes.
Producción ejecutiva: George Clooney, Steven Soderbergh, Ben Cosgrove y Jeff Skoll.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Robert Elswit.
Montaje: Tim Squyres.
Cuando vi esta película me parecía que guardaba cierta conexión con Traffic de Soderbergh por tratar varios frentes a lavez y por su estructura narrativa. Luego lo confirmé al ver que la película la dirige Stephen Gaghan que fue el guionista de Traffic ( se llevó el Oscar al mejor guión). En la gala de los Oscar 2006, George Clooney se llevó el de mejor actor secundario, en una brillante interpretación de un agente de la CIA.
La película es compleja, y eso es un arma de doble filo, ya que logra mantenernos entretenidos durante dos horas, en las que la acción se desarrolla en ciudades como Washinton, Kuwait, Damasco, Casablanca pero a veces es complicado no perder el hilo. La trama se cimenta en cuatro ejes.
Por un lado está el agente de la CIA, Bob ( Clooney) al cual le endiñan el encargo de asesinar al principe Nasir, el cual no comulga con las ideas del gobierno americano. Se da cuenta de que es una pieza sustituible fácilmente y que en cualquier momento lo pueden quitar del medio, cuando deje de interesarles, además nunca sabe quien está detrás de las órdenes que recibe.
Bennet (Jeffrey Wright) es el encargado de analizar si en la fusión de las petroleras Killen y Connex hay algún asunto sucio. Intervienen más de cien personajes y el gran acierto es la desenvoltura y rápidez con que las escenas se suceden, como la cámara pone su ojo en diferentes países, con un ritmo que no para, si bien hay que estar muy al tanto de todo cuanto se dice porque si no (y este ha sido uno de los peros que se le ha puesto la película) corres el riesgo de perderte y no enterarte de nada. El montaje generó tantas horas de película que al meter la tijera algunos personajes como la mujer de Bob fueron eliminados (Greta Scacchi).
El príncipe Nasir decide quitar los derechos de explotación en su país (el país, es un país ficticio, sito en el Golfo Pérsico) a Connex, empresa americana, para dársela a los Chinos, lo cual provoca que sean despedidos los trabajadores, los cuales al no tener trabajo son deportados a sus países de origen. Dos de estos trabajadores desempleados van a parar a una madraza (escuelas para estudiar el Islam) y allí su vida dará un giro transcendental.
Luego hay más personajes, pero enumerarlos a todos nos llevaría más tiempo que lo que dura la película, la cual a mi gusto debería haber sido más extensa, para así haber ahondado más en los personajes y haber estirado más las tramas, pues al final sabe a poco, te ponen el caramelo en la boca, y luego te lo quitan de repente, a la segunda chupada.
En cuanto a las curiosidades de Syriana ( fotogramas) comentar lo siguiente:
Syriana, sería el nuevo escenario que podría darse en un Oriente Medio si se producen algunos cambios, así lo denominan en los círculos políticos.
Se rodó en 74 días y costó 40 millones de Euros (a ello ayudó que Damon apenas cobrase y que Clooney que engordó 15 kilos para la película, y que es productor de la misma tampoco)
Syriana IMDB | Web oficial