Ella es Jenna Jameson (a muchos les sonará de vista, a mí es lo que me han dicho) y el spot anuncia… yo que sé. El caso es que la Jameson se harta de meter mazazos a una maquinita de esas típicas de pegarle a los topos según salen, hasta el punto de reventarla y caer rendida, jadeante y muy muy sudada.
El anuncio tiene su gracia y por el modelito que luce, la chica se ve que «tiene talento», no creo que innato, pero bien aprovechado.
No recuerdo ningún actor/actriz porno que haya triunfado fuera de ese campo, aunque a Cicciolina no le fue mal durante un tiempo en algo tan complicado como la política, por ejemplo, y otros como Traci Lords o el propio Rocco Sigfredi lo intentaron en el cine comercial, con algo de repercusión. Recuerdo también la notoriedad que se le dio a la intervención de Sophie Evans en París-Tombuctú, última película (por ahora) de Berlanga, total par un depelote y ni una frase.
¿Qué será lo siguiente, Nacho Vidal anunciando Chupa-Chups? Seguro que el mundo de la pornografía preferirá seguir donde está, que le va bien y los demás podemos vivir sin ellos.
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