Reparto: Christian Slater (Edward Carnby), Tara Reid (Aline Cedrac), Stephen Dorff (Comandante Richards), Will Sanderson (Agente Miles), Ed Anders (James Pinkerton), Robert Bruce (Crewman Barnes), Daniel Cudmore (Agente Barr), Mike Dopud (Turner), John Fallon (Agente Yoneck), Catherine Lough Haggquist (Krashinsky).
Guión: Elan Mastai, Michael Roesch y Peter Scheerer; basado en el videojuego.
Producción: Shawn Williamson.
Música: Bernd Wendlandt y Reinhard Besser.
Fotografía: Mathias Neumann.
Montaje: Richard Schwadel.
Diseño de producción: Tink.
Dirección artística: Peter Stratford.
Vestuario: Maria Livingstone.
Canadá, Alemania, USA 2005
En primer lugar decir que cualquier parecido con el juego original en el que se supone que está basado es pura coincidencia.
Los que pudimos disfrutar en su momento jugando a Alone in the Dark y que ahora nos podíamos acercar a esta película esperando respirar algo de la ambientación de aquel juego, nos hemos quedado con la miel en los labios.
No sé porqué aseguran y publicitan que está basado en el juego, porque no tiene nada que ver. Es algo parecido a lo que anteriormente pasó con El Cortador de Césped, también supuestamente basado en un relato de Stephen King, pero del que sólo tenía el título. Pagar por los derechos de una obra para no usarla… en fin, a mí hay cosas en esto de los negocios que se me escapan.
Un batiburrillo de ideas mal articuladas que son suficientes para poder poner: una escena de lucha a muerte en las calles de la ciudad, varios tiroteos ha una especie de muertos vivientes, unos bichos generados por ordenador que se mueven muy rápido, varias escenas de explosiones, tíos disfrazados de soldados y armados hasta los dientes y otros tópicos por el estilo.
Parece que esas escenas han sido escritas individualmente y después unidas unas con otras de cualquier forma. Vamos, como una porno, pero sin sexo. ¿Sin sexo? ¡¡No!! En realidad hay una escena erótico festiva que no tiene ningún fundamento, surge de la nada, no viene a cuento y es absolutamente prescindible porque no sirve para nada en lo que al argumento se refiere. Eso sí, la canción de Neneh Cherry, muy bien traída.
Y ya que estamos, hablemos de la pareja que protagoniza la película y esa escena concreta: Christian Slater y Tara Reid. No son 2 actores que me desagraden, pero tampoco están entre mis favoritos. Ambos están en general bastante sosos, para ser una película de acción no es que se muevan mucho. Él tiene esa mueca constante que parece una sonrisilla irónica y ella está más tiesa que la mojama y se dedica a seguirlo a 2 pasos de distancia el resto de la peli. Ni que decir tiene que la química entre ambos brilla por su ausencia, ninguno pone el mínimo interés.
Alone in the Dark no me ha provocado ni miedo, ni risa, ni me ha sorprendido en ningún sentido ni creo que haya en ella nada para destacar, y además siendo seguidor del juego original, lo único que me ha provocado es ansiedad por volver a disfrutar con él. Vamos, un asco. No pierdan ni un minuto con ella. Incluso haber leído estas líneas que ha escrito me parece abusar demasiado.
Para bien o para mal, hay que decir que Uwe Boll ya ha puesto en marcha la producción de la segunda parte de la película (previsible, dado el final de esta primera), aunque al parecer, no será él quien dirija.
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