Dirección: Koldo Serra.
Países: España, Francia y Reino Unido.
Año: 2006.
Duración: 93 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Gary Oldman (Paul), Virginie Ledoyen (Lucy), Paddy Considine (Norman), Aitana Sánchez-Gijón (Isabel), Lluís Homar (Paco), Yaiza Esteve (Nerea), Andrés Gertrudix (Antonio), Jon Ariño (Lechón), Cándido Uranga (Miguel), Álex Angulo (José Andrés), Patxi Bisquert (José Luis).
Guión: Jon Sagalá y Koldo Serra.
Producción: Julio Fernández e Iker Monfort.
Música: Fernando Velázquez.
Fotografía: Unax Mendía.
Montaje: Javier Ruiz Caldera.
Dirección artística: Juanjo Gracia y Mario Suances.
Vestuario: Josune Lasa.
No me ha gustado absolutamente nada de lo que he visto en esta película. Los personajes los cuales están todos irritados solo han conseguido irritarme a mí también. Dos parejas de ingleses se trasladán allá por el año 1978 a un pueblo del norte de España donde uno de ellos, cuyos ancestros son de aquí, tienen un casona que ahora el Inglés ha acondicionado para vivir en ella. Una pareja la forman Gary Oldman y Aitana Sánchez Gijón, como Paul e Isabel y la otra Virginie Ledoyen y Paddy Considine, como Lucy y Norman.
Los cuatro llegan en sus coches a un pueblo, donde los lugareños les miran con unos caretos que dan a entender que por allí no pasa ni Dios. Luego Lucy se refresca para entrar triunfalmente en el bar con la camiseta empapada bajo la cual se vislumbran los pezones enhiestos de la inglesa, bajo la mirada de todos los allá presentes.
Los que la han liberado no quieren decirle que han sido ellos porque su idea es avisar a la policía, y hasta aquí puedo leer.
Aitana no sé muy bien que pinta en esta desangelada historia, si bien se nos quiere presentar por un lado como una chica de temperamento que suelta frases lapidarias como ¿dónde coño está Paul? ¿dónde cojones está el coche?, pero al mismo tiempo en una escena en la que uno del pueblo trata de violar a Lucy, Isabel permanece en un segundo plano, a la espera, como si no fuera con ella la cosa.
Las charlas que las dos mantienen acerca de la naturaleza de los hombres es mejor ni mentarlas, pues son sonrojantes. Koldo parece que por un momento le fuera a insuflar a la historia un poco de aire sensual pero ni con esas. La camiseta mojada de Lucy, el despelotamiento de las dos mujeres en el río o el intento de violación de Lucy son episodios anecdóticos perfectamente prescindibles.
No he llegado a implicarme en la historia en ningún momento, ni me he sobresaltado con esos ramalazos de violencia gratuita. Se podía haber exprimido mucho más ese climax que en algunos momentos logra Koldo, pero es algo muy tenue muy sutil, tan disperso que enseguida se desvanece. La casa, no da ningún miedo, el bosque tampoco. La cacería se resuelve en un plis plas sin el menor misterio.
Lo peor de todo es el ritmo que no permite interesar en ningún momento, herida la película desde el primer momento, luego cada minuto que pasa todavía es peor, hasta la aparición de Alex Angulo y su mujer que ya es de chiste.
Bosque de sombras es sobre todo una película aburrida, que ni asusta ni entretiene, ni excita. Con las mejores intenciones del mundo, estoy seguro, pero eso no es suficiente.