Reparto: Sean Maguire (Leónidas), Carmen Electra (reina Margo), Ken Davitian (Jerjes), Kevin Sorbo (capitán), Jareb Dauplaise (Dilio), Travis Van Winkle (Sonio), Diedrich Bader (Traitoro), Method Man (emisario persa), Phil Morris (mensajero), Nicole Parker (Britney Spears/Paris Hilton/Paula Abdul/Ellen DeGeneres), Emily Wilson (Lindsay Lohan).
Producción: Jason Friedberg, Aaron Seltzer y Peter Safran.
Música: Christopher Lennertz.
Fotografía: Shawn Maurer.
Montaje: Peck Prior.
Diseño de producción: William Elliott.
Vestuario: Frank Helmer.
USA 2008
En los últimos años han sido unas cuantas las películas que han invadido las carteleras con argumentos poco originales, en el sentido que únicamente se dedican a parodiar éxitos recientes de taquilla.
Esta es una muestra más de este subgénero de comedias tontorronas, que toma como base la película de 300, de la que ya os hablamos en su momento.
Por ejemplo, meten el dedo en la llaga en un tema que sólo era tocado de pasada originalmente, las inclinaciones sexuales de los espartanos, que aquí dicen «no tener armarios donde meterse» y que saludan a las mujeres chocando los cinco y a los hombres con besos con lengua. Los chistes sobre el tema abundan en la película, desde ponerse a cantar el “I Will Survive” a correr cogidos de la mano y dando saltitos.
Sin embargo hay algunos personajes que cambian bastante, como Jerjes, que en vez de ser un gigantón lleno de piercings (también los lleva), salido de un desfile de carrozas del día del orgullo gay, aquí es un tío que “se parece al gordo que salía en Borat”.
Pero aún van más allá y aparecen otros personajes famosos, como Angelina Jolie y Brad Pitt, Britney Spears, Lindsay Lohan o la mismísima Paris Hilton, que tiene un papel secundario en la peli (la imitadora, no la original), y como no, como el resto de famosas, sin ropa interior. Menos mal que la mayoría de ellos acaban en el foso de Esparta.
En fin, que esta batalla de las Termópilas con abdominales pintados y espartanos gays no será menos fiel a la realidad que otras antecesoras, pero al que le gusten las comedias tontas se podrá reír un rato, con su humor poco inteligente, apto para carcajearse mientras se mantiene el encefalograma plano. Por fortuna su duración es de poco más de una hora, su mejor cualidad, y puede incluirse también entre la multitud de películas totalmente prescindibles que se estrenan en nuestro país de forma más frecuente de lo que desearíamos.
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