País: Francia.
Año: 2005.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Patrick Chesnais (Jean-Claude Delsart), Anne Consigny (Françoise), Georges Wilson (Sr. Delsart), Lionel Abelanski (Thierry), Cyril Couton (Jean-Yves Delsart), Geneviève Mnich (Sra. Rubion), Hélène Alexandridis (Hermana de Françoise), Anne Benoît (Hélène), Olivier Claverie (Ligón),
Guión: Stéphane Brizé y Juliette Sales.
Producción: Miléna Poylo y Gilles Sacuto.
Música: Christoph H. Müller y Eduardo Makaroff.
Fotografía: Claude Garnier.
Montaje: Anne Klotz.
El amor está en el aire y unas clases de baile, de sensuales tangos permite que dos personas se enamoren.
Él, es un cincuentón circunspecto y sombrío parco en palabras y gestos, que trabaja como agente judicial, un trabajo desagradecido que sobrelleva sin apenas ánimo. Ella está a punto de casarse, es maestra y su pareja, dedica su tiempo a escribir una novela. De forma misteriosa en uno de los bailes que la pareja ejecuta surge la chispa, que un día que él la acerca a su casa, se materializa en un furtivo y apresurado morreo, preludio de amores torrenciales.
La película (francesa) es una producción sencilla, cuyas principales bazas son las interpretaciones de Patrick Chesnais (Jean-Claude Delsart), Anne Consigny (Françoise) que bordan sus papeles, sin apenas diálogos, dejando el peso interpretativo en la fuerza de sus miradas y en la potente expresividad corporal. Un cuento de hadas en la que a un hombre que no ha nacido para ser amado como indica el título, decide aprovechar una oportunidad única, dejando la puerta abierta de par en par al amor.