Orgullo y prejuicio crítica película

Dirección: Joe Wright.
País: Reino Unido.
Año: 2005.
Interpretación: Keira Knightley (Elizabeth Bennet), Matthew Macfadyen (Sr. Darcy), Brenda Blethyn (Sra. Bennet), Donald Sutherland (Sr. Bennet), Tom Hollander (Sr. Collins), Rosamund Pike (Jane Bennet), Jena Malone (Lydia Bennet), Judi Dench (Lady Catherine de Bourg)Guión: Deborah Moggach; basado en la novela de Jane Austen.
Producción: Tim Bevan, Eric Fellner y Paul Webster.
Música: Dario Marianelli.
Fotografía: Roman Osin.
Montaje: Paul Tothill.
Diseño de producción: Sarah Greenwood

Esta divertida historia basada en la novela de Jane Austen del mismo título, tiene lugar en la Inglaterra de finales del siglo XVIII. La mirada se centra en las hermanas Bennet. La familia es un quiero y no puedo, un aparentar constante, en el que el único objetivo que tiene la madre de ellas, la Sr Bennet (una extraordinaria Brenda Blethyn) es colocarlas en el mercado, casarlas con gente de posibles y aliviar así su pobreza. De las cinco hijas, una de ellas de nombre Elizabeth (una estupenda Keira Knightley) es la más rebelde, la que nada contracorriente, la que no pasa por el haro, la que quiere casarse con un hombre al que ame de verdad, que sea merecedora de ella, un vínculo, el matrimonio que se cimente en el amor verdadero y sincero, lejos de imposiciones o enlaces ventajistas, enlaces que mejorarían su situación económica y las hiciesen vivir junto a ricos maridos, pero sin recibir afecto alguno por parte de ellos. Para ello Elizabeth cuenta con el apoyo de su padre (un comedido Donald Sutherland).

Cuando el Sr. Bingley traslada su residencia temporal a una mansión vecina, la Sr. Bennet carga todo el fuego de metralla, con la vana esperanza de que ese señor, de inmensa fortuna, joven y soltero se enamore de alguna de sus hijas. Y el deseo se hace carne. Bingley cae fulminado ante la belleza de Jane (la guapa Rosamund Pike), la mayor de las hermanas, y a Elizabeth le ocurre lo mismo con el acompañante del Sr. Bingley, el Sr. Darcy (un altivo y solvente Matthew Macfadyen), si bien Elizabeth no reconoce ante nadie que el Sr. Darcy al que dice detestar por su altivez y engreimiento, le gusta y que está colada por él hasta las entretelas.

Por la película pululan otros personajes que enriquecen la historia, como es el caso de Lady Catherine de Bourg (interpretada magníficamente por Judi Dench), tía del Sr. Darcy, con la que Elizabeth tendrá sus más y sus menos, y que con su verbo fluido pondrá a la primera en su sitio cuando ésta, abusando de su status trate de humillarla y de cuestionar su relación «imposible» con su sobrino.

Jane Austen nos muestra su ideal de mujer en Elizabeth. Una mujer independiente, resolutiva, inteligente, con iniciativa propia, que atiende a los dictados de su corazón, que no es diestra en ninguna habilidad manual, a la cual le encanta leer, y se defiende a las mil maravillas con la palabra, y es a través de la misma mediante la cual llega al corazón del Sr. Darcy, que piensa que nunca encontrará una mujer que le merezca, pues ninguna cumple las características que deben atesorar para ganarse su amor. Como le dice Elizabeth, esa mujer que está buscando Sr Darcy, «no la ha encontrado todavía, porque no existe». No es cierto, pero en ese momento Elizabeth no puede declarar su amor al Sr. Darcy.

Luego es ese tira y afloja, esa pasión soterrada, que ambos sienten, pero tienen miedo a manifestar, ese quiero y no puedo, la lucha entre el orgullo y el prejuicio que median en algún rincón es lo que alimentan la historia, y esa entrañable historia de amor, más allá de las clases sociales, de los impedimentos de la época.

Una película que me ha gustado mucho, que cuenta con grandes interpretaciones, que emociona y conmueve, cuyas dos horas de duración no hacen mella en una historia de amor preciosa.

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