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portero de noche crítica película

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Portero de noche cartel películaTITULO ORIGINAL Il portiere di notte
AÑO 1973
DURACIÓN 115 min.
PAÍS : Italia
DIRECTOR Liliana Cavani
GUIÓN Liliana Cavani & Italo Moscati
MÚSICA Danièle Paris
FOTOGRAFÍA Alfio Contini
REPARTO Charlotte Rampling, Dirk Bogarde, Philippe Leroy, Gabriele Ferzetti, Piero Vidal, Nora Ricci, Isa Miranda, Giuseppe Addobbati

Hay películas que en su día causan conmoción y que luego con el distanciamiento propio del paso de los años, una vez vistas dejan unas sensaciones totalmente opuestas a las del primer visionado. Cambian los tiempos, las sensibilidades, las conciencias, las percepciones.

Portero de noche dio mucho que hablar en su día en los 70. El otro día la visioné en DVD y creo que el adjetivo que mejor la define es que resulta inquietante. El erotismo puede nutrirse de historias diversas tramas: aventuras familiares, una profesora tentadora, una meretriz voluptuosa, un jardinero procaz, o una presa convertida en objeto sexual de un mando del ejército, como es el caso.

Una chica judía presa, extremadamente delgada y macilenta en un campo de concentración se convierte en el objeto de deseo de uno de los oficiales, con el que mantendrá forzadas relaciones sexuales

Finalizada la guerra el oficial encuentra trabajo con una identidad falsa como portero de noche de un hotel.

Una noche llega al hotel un director de orquesta acompañado de una joven. El portero y la joven se miran y se reconocen. El carcelero y la presa se rehuyen ahora como civiles. Ella quiere escapar de allí a toda costa, se ahoga, porque en su cerebro se agolpan los recuerdos como astillas que la desangran, entre veneros de alpechín.

El portero no quiere poner al corriente de esta circunstancia a otros nazis como él, que en todo caso le instarían a deshacerse de ella; sin testigos no hay pruebas, ni cargos, ni cárcel y el proceso no se empañaría.

El caso es que las vejaciones sexuales sufridas por la reclusa han dejado en ella el poso amargo del beso de hiel, de la pulsión masoquista, y guiada por un deseo atávico e irrefrenable, querrá de nuevo ser sometida por su señor, su carcelero, ahora portero de noche.

Los cuerpos se juntarán, el reencuentro esperado y negado por ambos se producirá en fragor de cuerpos, en algarabía de cristales y sangre, de besos y zarpazos, de felaciones, semen y dolor. Se repelen y se atraen y ese juego de las esposas, de las laceraciones, de la sumisión les vuelve locos a los dos nublándoles el entendimiento, dejándoles el estómago vacío, consumiéndolos en su desvarío.

Es Portero de noche una película dura, sin concesiones, desagradable en muchos momentos, donde el tema del holocausto poco aporta al caso, y donde el meollo está en esa relación tormentosa, conflictiva, dolorosa, que enlaza placer y dolor, negación y afirmación en un mismo plano, en un mismo catre.

Algo se remueve en mi interior al verla, un desasosiego, un compadecimiento ante esos seres marcados con la estrella de la derrota, con el cuerpo lacerado e inerte del desengaño, abocados a un final escrito con epitafios de plomo. Un erotismo en todo caso sórdido, de la mano de una Charlotte Rampling, muy delgada, cuyo número vestida con el atuendo de las SS, haría luego las delicias de miles de personas amantes del sado. De hecho hay a quien le gusta correrse orgías vestido de oficial de la SS, mientras le van limpiando con saliva, el cañón a su “recortada”, como hemos leído hace poco en los periódicos.

Nuestra puntuación
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