Dirección y guión: Javier Elorrieta.
País: España.
Año: 2006.
Duración: 114 min.
Género: Thriller, suspense, drama.
Interpretación: Fabián Mazzei (Ignacio), María Elena Swett (Laura), Javier Martín (Javier), Paula Echevarría (Ana), Silvia Medina (Sandra), Empar Ferrer (Emilia), Juli Mira (Vicente), Salvador Sacur (Juan), Liliana Ross (madre de Laura), Tamara Acosta (inspectora de policía).
Producción: Alfonso Ronda Tormo.
Música: Domingo J. Sánchez.
Fotografía: Eduardo Suárez.
Montaje: Luis Villar.
Dirección artística: Verónica Fruhbrodt y Juan de Busto.
Vestuario: Ismenia Leiva.
No salgo de mi asombro tras el visionado de la película al ver en los títulos de crédito finales como el director de la película, Javier Elorrieta, dedica su obra a esas mujeres que han sufrido alguna clase de violencia. Es como si «En la matanza de texas» o en «Diario de un asesino» los directores quisieran rendir tributo a todos aquellos seres que sufren.
Rojo intenso es una coproducción hispano-chilena. Algo había oído de ella, vi su trailer y la película se vendía como un thriller de alto contenido sexual. En la nómina de actores gente conocida como Paula Echevarría (Luz de Domingo, El Comisario..), Javier Martín (ex-presentador de CQC) o Fabian Mazzei (el profe argentino de UPA dance). Rostros conocidos, que no buenos actores, que son cosas dispares.
Carece la historia de consistencia. En primer lugar un matrimonio y su hijo que residen en Chile, vienen a pasar unos días a España de vacaciones, de donde es orihundo él. A pesar de que sus padres tienen una preciosa cosa en la Costa Valenciana, la familia decide buscar cobijo en un desangelado camping, porque es en uno de ellos donde se conoció la pareja y quieren reavivar la llama del amor. Se alojan en un bungaló. A su lado hay un hombre extraño y seductor, Ignacio, que hace buenas migas con el niño de la pareja, y les brinda sus dotes vocales con una guitarra en una cena que ella prepara, con el pescado que Ignacio recién pescó, ya que se da buenas artes con el buceo y el manejo del arpón.
Ignacio, aprovechando que padre e hijo están el día fuera, propicia un acercamiento a la bella casada, que aprovecha su tiempo para preparar una tesis (es doctora especializada en cirujía). Él le besa, ella le responde, él quiere más, y ella le para los píes, pero Ignacio la amenaza y y tras forzarla lleva a cabo la violación. Laura, la violada, sólo quiere poner tierra por medio, cruzar el charco y volver a Chile, así que no le dice nada a su marido. Antes de irse, encuentra una cinta de vídeo en el bungaló de Ignacio que hace llegar a la policía, donde a éste se le ve vejando a una mujer desnuda. Como a Ignacio le gusta grabar sus actos sexuales, la grabación de la violación y otros muchos vídeos tendrán luego un papel importante en la historia.
Las interpretaciones son deficientes todas ellas. Javier Martín está irrisorio, lo mismo que Paula Echevarría como doctora (películas como esta es mejor no mentarlas en un currículo y no compensan desplazarse de país). La actriz chilena María Elena Swett está muy buena y luce tipito vestida o desnuda, si bien poco aporta a su papel de mujer acosada.
El guión es tan líneal y previsible que sabemos lo que va a ocurrir en cada momento. La puesta en escena es cutre, la fotografía e iluminación horrenda, con unos brillos en la cara y una falta de maquillaje imperdonable. Si se busca algo de erotismo en la misma, nada de ello hallamos, porque cada fotograma en especial en su tramo final es de un feísmo que desarma.
Le sobra más de media hora a esta historia plagada de incoherencias, trufada de diálogos prescindibles y chabacanos, a juego con la hondura de los personajes y sus personalidades de papel, que nos traslada a Chile para seguir allí la historia de este psicópata enfermizo que no puede quitarse a Laura de la mente o deberíamos decir de la entrepierna, porque cada minuto de su vida sólo piensa en follar con ella.
Es comprensible que la gente no esté dispuesta a pagar seis euros por ver una mala película. Esta lo es y mucho. Es un fracaso total como película de suspense, intriga o sexual-thriller. Que engendros como este logren, no obstante, un hueco entre las 25 películas españolas más vistas en 2007 es un síntoma de la enfermedad mortal de la que está aquejada el Cine Español.
Leo por ahí que la actriz María Elena Swett quedó maravillada cuando leyó el guión, abrumada por una coproducción donde no escatimarían los medios materiales. No sé cuanto ha costado rodarla, pero el resultado es propio de una película rodada de cualquier manera, sin el menor entusiasmo, con nula originalidad, sin un sólo plano que logre emocionar, emplazarnos en el delirio, ni mantenernos interesados con la trama, algo que si lograba y mucho «Profondo Rosso» de Darío Argento, con la que Rojo intenso guarda un título similar. María Elena Swett (vista en la serie que emitió TVE-1, Machos) muestra un cuerpo muy atractivo en el primer polvo que se echa en el camping con su pareja la primera noche, mientras el voyeur Ignacio lo ve todo a través de la persiana.