Dirección: Bong Joon-ho.
Reparto: Song Kang-ho (Park Gang-du), Byun Hee-bong (Park Hee-bong), Park Hae-il (Park Nam-il), Bae Doo-na (Park Nam-joo), Ko A-sung (Park Hyun-seo), Lee Dong-ho (Se-ju), Lee Jae-eung (Se-jin).
Guión: Bong Joon-ho, Hah Joon-won y Baek Chul-hyun; basado en un argumento de Bong Joon-ho.
Producción: Choi Yong-bae.
<strong>Música: Byeongwoo Lee.Fotografía: Kim Hyung-goo.
Montaje: Kim Sun-min.
Diseño de producción: Ryu Seong-hee.
País: Corea del Sur
Año: 2006
Anteriormente McGuffin comentó esta película que vio junto a otras tres más en el Maratón de Cine que se organiza en Logroño en el Festival del Actual.
Que esta fuera la última de las cuatro, emitida a las seis y pico de la mañana puede ser la excusa perfecta para echarse una cabezada recuperadora de dos horas.
La película comienza con un científico americano que tira una sustancia tóxica en un río. Poco después aquella mala acción, se transforma en un pez gigante ávido de sangre.
«La madre naturaleza, tiene memoria, y nos paga con nuestra propia moneda». Eso no es de la película, pero me apetece decirlo.
La he visto subtitulada en inglés y aunque hubieran sido los subtítulos en coreano me hubiera dado lo mismo, porque los diálogos son una sucesión geométrica de memeces. Todos los que aparecen en la película parecen aquejados del mismo mal: les falta un hervor.
Lo único de interés en la película es el monstruo. La digitalización es estupenda y el monstruo asusta y está bien integrada en las escenas, sin chirriar, lo cual ya es mucho. Lo demás la película es lenta y aburrida. Sus dos horas son mucho metraje para una historia que se podía haber ventilado en ochenta minutos largos. Era mejor que los protagonistas hubieran tenido la boca cerrada para no decir tantas majaderías, pero en fin, el cine coreano es capaz de aunar en una película el terror con la chocarrería. En Corea del Sur la película ha arrasado.
Allá cada cual, pero pasar dos horas viendo este engendro, es perder dos horas.
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