Guión: George Lucas y Walter Murch, basado en la historia de George Lucas
Productor ejecutivo: Francis Ford Coppola
Reparto: Robert Duvall (THX 1138), Maggie McOmie (LUH 3417), Donald Pleasance (SEN 5421), Pedro Colley (SRT), Robert Ferro (Robot de la ley), Johnny Weismuller Jr (Robot de la ley)
USA 1971
En el punto en el que estamos parece que George Lucas no le deba nada a nadie. Es el rey, tiene dinero y hace lo que quiere… pero en un principio no fue así, y Lucas sí debe a alguien ser lo que es: ni más ni menos que a Francis Ford Coppola (y su productora American Zoetrope), que fue quien le produjo esta película, su primer largometraje.
Como debut en la dirección, puede valer, aunque seguro que es muy mejorable. La historia es algo inconexa y le falta fuerza. Curiosidad: los créditos con dirección inversa a la habitual, aquí van de arriba abajo. No tiene ningún mérito, pero es curioso, teniendo en cuenta que después innovaría de nuevo en este campo con La Guerra de las Galaxias y sus (registrados) créditos iniciales perdiéndose en el espacio.
Por cierto, la historia: en un futuro lejano, los humanos casi han dejado de serlo. Viviendo en el subsuelo, vestidos con un uniforme blanco, las cabezas rapadas y con denominaciones alfanuméricas en lugar de nombres, se dedican mecánicamente a realizar sus trabajos y vivir una monótona rutina controlada por tratamientos de drogas y siendo en todo momento vigilados y controlados por policía robotizada.
Aunque los efectos especiales y las películas futuristas han sido posteriormente la especialidad de George Lucas, aquí ya se ven unas cuantas escenas ambientadas en el futuro de forma excelente, y realizadas de forma más artesanal, sin efectos digitales ni tantos retoques de postproducción como su saga galáctica.
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