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Amores perros

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Dirección Alejandro González Iñarritu
Intérpretes Emilio Echevarría (El chivo)
Gaël García Bernal (Octavio)
Goya Toledo (Valeria Maya)
Álvaro Guerrero (Daniel)
Vanessa Bauche (Susana)
Guión Guillermo Arriaga
Fotografía Rodrigo Prieto
Música Gustavo Santaolalla
Montaje Luis Carballar
Alejandro González Iñarritu
Fernando Pérez Unda

Su título hace mención a lo que vemos en la película, y el papel que los perros jueganjuegan en la misma. Hay hijos de perra, perrines, perros lobo, perros asesinos, víctimas y verdugos, vamos, como en la vida misma.
Empieza con dos jóvenes conduciendo a gran velocidad perseguidos por otro coche y culminando la persecución en un trágico accidente. Tras esto la acción retrocede en el tiempo para explicar y desarrollar como se ha llegada a esa situación. Son tres las tramas que se entrecruzan.

El ejecutivo que deja a su mujer e hijos por una modelo (Goya Toledo ) involucrada en el accidente antes citado, confinada a una silla de ruedas lo cual deshace el encanto de la relación y la lleva casi a la locura. Octavio y su colega que ganan un dinero apostando en luchas de perros a muerte, empleando para ello a su perro familiar, Cofi, que es un asesino en potencia.

El chivo, un mendigo, antaño hombre importante y acomodado que vive ahora en un mísero hangar rodeado de los perros que encuentra por la calle, que son su única familia. Tiene una hija que desconoce su existencia, creyéndolo muerto, cuando éste se fue a luchar junto a la guerrilla y que ahora hace las veces de asesino a sueldo. El Chivo está presente en las tres tramas. Y hay otras muchas historias que asoman, como la relación de pareja entre el hermano de Octavio y su mujer a la cual pega y con la que Octavio mantiene relaciones a escondidas, dándole dinero para darse a la fuga juntos y sacarla de ese infierno en el que vive. El hermano que delinque en sus ratos libres. La modelo que pasa de ser todo a no ser nada de cara a la sociedad (que busca cuerpos perfectos, no mutilados), cuando sufre el accidente y se queda en silla de ruedas, no interesando ya para fines publicitarios, como el cartel en la que se ve todas las mañanas, jugando con la locura, generando situaciones surrealistas como esa en la que el perro se cae por un agujero de la tarima de su casa y casi la traumatiza, al oír los ladridos y no poder salvarlo. El encargo que recibe El Chivo para matar a un hombre, de parte de un ejecutivo que quiere quitar de en medio a su hermano, como él dice (¿Caín y Abel?), etc. En búsqueda de un mayor realismo, el cual se consigue, en el accidente, en las escenas de las luchas de perros (resultando grotescas) y en el retrato de esas calles pobladas de seres marginales, muestra una ciudad insufrible (Ciudad de México), caótica, ruidosa, violenta, salvaje, inhabitable, una ciudad de perros a la postre. Los diálogos son vivaces, cercanos, aunque en esa jerga en la que hablan los protagonistas, siendo el castellano el idioma, no es fácil seguirlos y el sonido es de mala calidad.

Algo parecido ocurría en «Y tu mamá también«. Las interpretaciones son buenas y tienen fuerza, destacan El chivo (Emilio Echevarría), Gael García Bernal(Octavio), protagonista también de la polémica «El crimen del Padre Amaro» y Goya Toledo (Valeria) en un papel difícil que libra con solvencia. Le sobra bastante metraje a esta cinta, una hora mas o menos pero resulta interesante en su conjunto, sin moralinas ni labores didácticas. Expone lo que hay y lo que hay no es perfecto

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