Género: Drama.
Interpretación: Zhang Ziyi (Sayuri), Ken Watanabe (Presidente), Michelle Yeoh (Mameha), Gong Li (Hatsumomo), Kôji Yakusho (Nobu), Youki Kudoh (Calabaza), Kaori Momoi (Mamita), Tsai Chin (Tía), Cary-Hiroyuki Tagawa (Barón), Suzuka Ohgo (Chiyo), Zoe Weizenbaum (Calabaza [Niña]), Thomas Ikeda (Sr. Bekku).
Guión: Robin Swicord y Doug Wright; basado en la novela de Arthur Golden.
Producción: Lucy Fisher, Douglas Wick y Steven Spielberg.
Música: John Williams.
Fotografía: Dion Beebe. Montaje: Pietro Scalia
Se basa en el best seller del mismo título escrito en 1997 por Arthur Golden. Dirige Rob Marshall, el cual se cargó de Oscar con Chicago. En esta ocasión saca adelante un proyecto ambicioso, del que sale airoso en parte. El envoltorio es atractivo. Adapta un libro conocido a nivel interplanetario, con una historia atrayente, y merced a una buena ambientación, y a un presupuesto abultado logra una película aparente, de bella factura, con una fotografía esmerada, bonita música de John Williams y unos paisajes que parecen postales.
Las interpretaciones del trío femenino Zhang Ziyi (Sayuri), Michelle Yeoh (Mameha), Gong Li (Hatsumono) son estupendas, en especial Zhang Ziyi , que demuestra que sabe actuar además de repartir estopa como hacía en Tigre y Dragón, Hero o La casa de las dagas voladoras. Pero algo falla en la película. Sus más de dos horas de duración va en detrimento del resultado.
La anecdota es que las tres actrices protagonistas son Chinas y tuvieron que intepretar a unas mujeres Japonesas, lo cual suscitó la polémica entre ambos países. Para realizar la película se construyó un hanamachi, distrito de geishas, como los de la época, recreando las viejas calles e incluso un serpenteante riachuelo en un enorme rancho del condado de Ventura, California
La voz en off, pretende dotar a la película de un halo de profundidad espiritual, con frases lapidarias, que se las lleva el viento y no incitan ni un leve pestañeo. Marshall ha hecho una película correcta, ha edificado un bello palacio con pilares de aire, que se lo llevará el viento.