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Saluda al diablo de mi parte (Juan Felipe Orozco 2011)

Director: Juan Felipe Orozco.
Guión: Carlos Esteban
País: Colombia
Año: 2011
Género: Thriller
Elenco: Edgar Ramírez (Angel) Ricardo Vélez (Leder) Carolina Gómez (Helena) Salvador del Solar (Moris)
Fotografía: Luis Otero
Música: Jermaine Stegall
Vestuario: Juliana Rincón
Producción: Sara Millán

Desde Cuak estamos interesados en todo tipo de cine, Colombiano también por supuesto. Saluda al diablo de mi parte es una producción colombiana que data del año 2011, de los hermanos Orozco. Juan Felipe dirige y Carlos Esteban escribe el guión.

El protagonista es Angel, antaño guerrillero, que tras dejar las armas, se incorpora a la sociedad acogiéndose a un plan del Gobierno por el que se pretende integrar a los que dejan las bandas armadas, a fin de conseguir una convivencia más pacífica, remplazando las balas por palabras.

Ángel vive con su hija en un piso y trata de hacer una vida normal. No lo tiene fácil porque su pasado es un lastre a la hora de buscar trabajo y va viendo como le cierran las puertas en las narices en más de una ocasión.

De repente un día, en su domicilio aparecen unos tipos que secuestran a Ángel y a su hija. Los secuestradores fueron en su día víctimas de Ángel y de la guerrilla, y ahora quieren hacerle pagar por lo que le hicieron. El secuestrador se halla en silla de ruedas y su vida es un infierno. El deseo de venganza es sú unica razón para vivir. A Ángel le dan un plazo de 72 horas en el que deberá asesinar a unas cuantas personas, en su día guerrilleros. Si no lo hace su hija morirá.

Ante esa tesitura Ángel debe pues aferrar las armas y volver a la lucha, en este caso ya sin ideología alguna, movido por el deseo de salvar el pellejo de su hija.

Lo que luego sucede es un paroxismo de violencia explícita, que va cada vez a más, hasta la escena en la gravera, donde acontece una de las escenas más burras y salvajes que uno haya visto.

La historia tiene su trasfondo e invita a la reflexión, si bien más que por la introspección, y habida cuenta de que la misión tiene fecha de caducidad, ni Ángel, ni el secuestrador, ni los espectadores tenemos tiempo suficiente para reflexionar sobre el devenir de los acontecimientos, sobre las consecuencias que tienen algunas acciones, la fina línea que separa a los verdugos de las víctimas y como a menudo son roles intercambiables.

A nivel técnico el film brilla a gran altura. Uno de sus puntos fuertes es la presencia de Edgar Ramírez, que tras haberlo visto en Carlos o La Noche más oscura, sigue aquí con otro papel donde él solito se arroga el peso de la película sobre sus hombros.

Podía haber dado más de sí la película, haber hecho más hincapie en la reflexión, pero si la entendemos como un thriller funciona a la perfección

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