En el caso de esta serie el tipo de jefe es otro, es de esos de los que te hacen preguntarte: ¿cómo ha llegado este tipo hasta aquí? Ya hemos visto que sus brotes racistas, homófobos o machistas no vienen dados por una mala intención, sino más bien por una estupidez innata. Este tipo de jefe creo que igual es todavía más difícil de llevar.
Con las amenazas de despidos sobrevolando la oficina, Michael quiere hacer algo con sus empleados para subirles un poco la moral y se le ocurre celebrar un cumpleaños a lo grande.
Una vez más Michael meterá la pata una y otra vez con comentarios impropios (las líneas que lee son para mandarlo a la horca directamente), payasadas vergonzosas y salidas de tono innecesarias, pero ya le vamos conociendo, él es así.
No es por nada, pero a mi este Steve Carrell cuanto más lo veo menos gracia me hace.