En este episodio desde la central encargan al jefe Michael elegir el seguro médico para la gente de la oficina, costumbre muy americana, ya que por aquellas tierras no tienen nuestra maravillosa seguridad social.
Como siempre, a él no se le ocurre otra cosa mejor que encargarle el trabajito a su vez a otro y como Jim en primera instancia rechaza el marrón, Dwight coge el testigo con mucho gusto, con lo que si el uno es malo, el otro es peor y las cosas se desmadran.
Entre las estrategias, entrevistas, encuestas y demás galimatías que prepara Dwight y los escarceos de Michael para escaquearse y que sus empleados no le echen la bronca por contratar una porquería de seguro, los nervios de la gente están de punta.
Los únicos que se lo toman todo a chufla son Pam y Jim, que siguen tonteando, y se inventan enfermedades y se cachondean de Dwight, aunque hay otros componentes de la plantilla que se ven obligados a revelar oscuras dolencias.
Ahí que decir que el tono de este episodio es tristón, a pesar del tono de comedia. Ver como Dwight intenta hacer alarde de poder, como hace rebajarse en algunos momentos a sus compañeros o lo mal que queda Michael, como jefe y como persona, es humor negro espeso.