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El diario de Noah crítica película

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El diario de NoahDirección: Nick Cassavetes.
País: USA.
Año: 2004.
Duración: 124 min.
Género: Drama romántico.
Interpretación: Ryan Gosling (Noa Calhoun), Rachel McAdams (Allie Hamilton), James Garner (Duke), Gena Rowlands (Allie Calhoun), James Marsden (Lon), Kevin Connolly (Fin), David Thornton (John Hamilton), Jamie Anne Brown (Martha Shaw), Heather Wahlquist (Sara Tuffington), Sam Shepard (Frank Calhoun), Joan Allen (Anne Hamilton).
Guión: Jeremy Leven y Jan Sardi; basado en la novela de Nicholas Sparks.
Producción: Mark Johnson y Lynn Harris.
Música: Aaron Zigman.
Fotografía: Robert Fraisse.
Montaje: Alan Heim.
Diseño de producción: Sarah Knowles.
Dirección artística: Scott T. Ritenour.
Vestuario: Karyn Wagner

El diario de Noah es una historia dramática de musculado amor épico, donde los protagonistas Noah y Allie que se conocen en su época adolescente han de superar muchas trabas si quieren acabar juntos. Noah proviene de una familia humilde y trabaja en un aserradero. Se queda prendado al primer vistazo de la guapa Allie, a la cual consigue arrancar la promesa de que saldrá con él, tras arriesgar su vida en una noria, con un número circense. Allie proviene de una familia adinerada, nada en la abundancia y tiene en mente hacer una carrera universitaria, quedando prendada del antiformalismo de Noah, su carácter intrépido y genuina forma de ser, más allá de su clase social y su ignorancia (lo cual no está reñido al parecer con el hecho de que Noah, para vencer su tartamudez fuera obligado por su padre a leer poesía. Nada menos que a Whitman, al que muchos consideran el mayor poeta americano). Muchas veces hemos visto amores desclasados similares, que acaban bien, donde la cuna nada puede hacer contra el amor a borbotones y el deseo patente de los enamorados.

Primero está el acercamiento, al que suceden las citas, los besos, los magreos, la magia, el enamoramiento. El final del verano marca a menudo el final de estos amores veraniegos. Su verano también acaba, pero el asunto a dilucidar es si el suyo es también un amor de verano con fecha de caducidad o es por el contrario algo más enjundioso.
La historia se nos cuenta a través del narrador. Un hombre que acude a una residencia de ancianos a leerle un libro a una señora aquejada de demencia senil. El libro contiene la historia de Allie y Noah. La anciana se muestra interesada por la suerte que corrieron los personajes, intrigada en saber si Allie finalmente acabó con Noah o con Lon, un joven soldado al que Allie conoce mientras ejerce de enfermera y el cual le pide matrimonio. Ella toda vez que no ha recibido ninguna de las cartas que Noah le ha enviado, nada menos que 365, una por día, decide rehacer su vida en los brazos del apuesto y adinerado Lon.

Pero a veces el pasado reviste la forma de una foto amarillenta, de un perfume olvidado, y cuando Allie ve en el periódico a Noah frente a la casa que prometió reformar para ella, su mundo interior se deshace, sus creencias son arenas movedizas y su futuro es una marioneta en manos del destino. Allie deberá ver a Noah de nuevo para pasar página y aclarar sus ideas.
La historia sin ser nada novedoso está narrada con buen pulso y rigor dramático, con unas interpretaciones tanto de Ryan Gosling (Noah) como de Rachel McAdams (Allie) de buen nivel, capaces de emocionarnos con sus amores desaforados. Gosling estuvo nominado este año por su papel en Half Nelson y lo vimos también en Tránsito. No olvidar tampoco a James Garner y a Gena Rowlands, actores de peso que demuestran su buen hacer en que cada escena que aparecen.

Contribuye a dar mayor solidez a la historia la preciosista fotografía de Robert Fraisse así como la música de Aaron Zigman.
Sus casi dos horas de duración se viven con el alma en vilo, con las idas y venidas de los protagonistas, deseando a toda costa un final feliz. Si bien como dice Noah, no será fácil, habrá que esforzarse cada día en hacer que la cosa vaya para adelante. Así son los amores, tras el rescoldo que deja el enamoramiento y se entra en otra fase menos turbulenta pero a menudo más gratificante.

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