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El ilusionista crítica película

Dirección: Neil Burger.
País: USA. Año: 2006.
Duración: 110 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Edward Norton (Eisenheim), Paul Giamatti (inspector Uhl), Jessica Biel (Sophie von Teschen), Rufus Sewell (príncipe Leopold), Eddie Marsan (Josef Fischer), Jake Wood (Jurka), Tom Fisher (Wiligut), Karl Johnson (doctor).
Guión: Neil Burger; basado en el relato corto «Eisenheim: The illusionist» de Steven Millhauser.
Producción: Michael London, Brian Koppelman, David Levien, Bob Yari y Cathy Schulman.
Música: Philip Glass. Fotografía: Dick Pope.
Montajeaje: Naomi Geraghty.
Diseño de producción: Ondrej Nekvasil

Un niño descubre enseguida que lo suyo es la magia. Una niña, de clase alta, Sophie, se queda prendada de sus trucos y entre ellos surge una amistad, preludio del inminente amor. Proviniendo de estratos sociales tan diferentes los padres de la niña no permiten que ésta se relacione con un niño, que no es nadie, así que los separan, y entonces el ahora adolescente decide huir.

El joven recorrerá entonces medio mundo para recalar finalmente en Viena donde realiza un espectáculo en un teatro que pronto se convierte en todo un fenómeno. El otrora aprendiz de mago ha mudado su nombre por el de Eisenheim, y sus trucos de magia nada tienen que ver con los trillados juegos de cartas, conejos saliendo de chisteras o mujeres cortadas en dos con un serrucho. En el espectáculo de Eiseinheim aparecen mariposas azules que portan pañuelos, naranjos que surgen de la nada y dan fruto en cuestión de segundos, holografías que muestran seres ya desaparecidos.

Al espectáculo del ilusionista acude nada menos que el príncipe heredero Leopold acompañado de Sophie, la cual está a un tris de prometerse con él. Cuando Einseinheim pide un voluntario, Sophie acude a petición de Leopold. Sobre la tarima Eisenheim reconoce en esa mujer su amor infantil. A ella le costará algo más de tiempo. Tras el reconocimiento mutuo llegará la fusión carnal, y se desatará la ira de Leopold, al conocer los devaneos sexuales de Sophie.

Eisenheim pondrá entonces su intelecto al servicio de un plan que le permita librarse de las iras del príncipe y materializar el sueño que ya vio truncado una vez, cuando era un niño: compartir su vida junto a la mujer que ama.

Pensaba que con esta película íbamos a recuperar al mejor Edward Norton (genial en American History X, o En las dos caras de la verdad) y aunque éste hace una buena interpretación, dando a su personaje, Eisenheim, las dosis de elegancia y misterio que su personaje precisa, resulta demasiado contenido y encorsetado.

Jessica Biel es Sophie, que deja de lado sus papeles de chica dura y arrojada (Blade Trinity, La matanza de Texas 2004, La amenza invisible) para encarnar una mujer sensible y enamorada, aunque hubiera precisado más minutos para matizar mejor su personaje.

Paul Giamatti en la piel del inspector, Uhl, se ratifica como un actor de primera ya sea en papeles secundarios (Cinderella Man, Confidence) como en principales (Entre Copas, La joven del agua) y pergeña la mejor interpretación, en la piel de ese hombre que vive en la contradicción permanente, en ese fuego cruzado entre “aquello a lo que aspira” y lo que los hechos ocurridos y su sentido de la jusiticia le impelen a hacer.

A Rufus Sewel con esos ojos de loco, cuesta verlo en algún papel en el que no sea el “malo” de la función y resulta muy convincente bajo el traje del irascible sucesor imperial.

El final de la película me recuerda a la estupenda “Sospechosos habituales”. El Ilusionista atesora grandes virtudes técnicas que son un deleite para los sentidos, como la elegante fotografía, los espectaculares decorados, la envolvente música, unas interpretaciones muy por encima de la media, una historia novedosa que aporta algo nuevo a la trillada cartelera, dejando en la retina una bella historia de amor, donde el intelecto se pone al servicio de la magia para conseguir aquello que las armas no son capaces de lograr, merced a un guión que no deja cabos sueltos, si bien esos “finales aclaradores” pueden resultar fallidos si previamente no hay una historia consistente y bien narrada. El Ilusionista es para mi una de las apuestas cinematográficas más interesantes de lo que va de año.

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