Guión: Cooper Layne; basado en la película escrita por John Carpenter y Debra Hill.
Producción: Debra Hill, David Foster y John Carpenter.
Música: Graeme Revell.
Fotografía: Nathan Hope.
Montaje: Dennis Virkler.
Diseño de producción: Michael Diner y Graeme Murray.
Vestuario: Monique Prudhomme.
El cine americano dotado de muchos medios y de poca imaginación nos tiene acostumbrados a películas que abordan todo tipo de catástrofes naturales, desde volcanes en erupción ( Volcano), terremotos ( Un pueblo llamado Dante Peak), inundaciones ( La inundación ). En esta ocasión el tema estrella es la niebla, sí como suena, una niebla letal, que arrasa y mata todo cuanto toca.
Para entender lo que pasa, Elizabeth encuentra un libro, un diario, de alguien que vivió hace años en la Isla, y así nos enteremos que algo malo y sucio sucedió. Y que ahora lo que sucede atiende a una venganza, a manos de algo parecido a unos zombies.
El mercado demanda más productos, y esto es sólo eso, un producto cinematográfico mediocre e insulso, huérfano de cualquier atisbo de calidad. Ni asusta ( y eso que la venden como un producto que te pondrá los pelos como escarpias) ni entretiene ( por un guión que se podría escribir en una servilleta de papel en cualquier cafetería de la ruta 66 y a unos actores que no pueden hacerlo peor), resultando aburrida de comienzo a fin ( y dura casi dos insufribles horas).
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