Sobre planos de diferentes casas, pisos en construcción, calles, barrios, etc. se oyen de fondo diversas llamadas telefónicas que prefiero no saber si son reales o no, pero aunque no lo fueran, responden a la realidad que vivimos.
Todo lo que se oye son supuestas respuestas de personas que venden o alquilan pisos, estudios o apartamentos, aunque las llamadas de gente interesadas en ellos.
Desde los desorbitados precios, a las condiciones económicas, culturales, sociales o simplemente raciales de los que llaman, las personas al otro lado del teléfono, cual inquisidores o interrogadores, hablan sobre todas las cosas que rodean a la vivienda hoy en día.
No sé si el autor lo habrá realizado como un corto protesta, porque seguramente que de poco va a servir aunque lo sea, pero el planteamiento es sencillo y eficaz.
Por cierto, en 2003, pedí al Ministerio y me enviaron una Constitución Española, gratis y amablemente. En ella, en el Título Primero, Capítulo Tercero, tenemos el Artículo 47, «Derecho a la vivienda. Utilización del suelo» en el que podemos leer en su primer párrafo:
«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación»
Para que luego a algunos se les llene la boca con la constitución, los estatutos y la madre que los parió.