Trata de dos niños que vivían en una isla o aldea. Todos son de piel morena. De pequeños sufrían desprecio por los demás niños de su edad, el niño por ser huérfano y la niña por tener el cabello rizado y ser «fea por ello». Un día el niño construye su propio bote (no recuerdo si es con madera o bambú) y le dice a la niña que se irá y que regresará por ella. Ambos hacen la promesa de volverse a reencontrar e intercambian pulseras hechas a mano. El día en el que el niño se fue, cayó una gran tormenta que hizo su bote trizas, afortunadamente, unos hombres lograron verlo a la orilla y se acercaron a ayudarlo. Cuando lo vieron fijamente, vieron una marca en su cuerpo que sólo el hijo perdido de sus líderes tenía y lo llevaron inmediatamente ante ellos . Éstos lo reconocieron como su hijo y le dieron la vida de lujo que llevaban. Pasan los años y los jóvenes entran en edad de casarse, pero a pesar de que ya había pasado muchísimos años, ambos aún se recordaban, por lo que el joven no accedía a casarse con alguien de su aldea,  ya fuese de clase alta o baja. Él era muy guapo y con dinero, por lo que muchas lo deseaban, pero él sólo quería casarse con aquella joven del pequeño  pueblo, por lo que decide ir con sus sirvientes a buscarla. En lo que va de su camino se da a conocer el rumor que él va buscando a su prometida, por lo que muchas jóvenes se le ofrecían como las más bonitas de la aldea (las niñas que lo molestaban de pequeño), pero por supuesto, él no quería nada con ellas. Mientras tanto la niña se había convertido en una mujer ya de cabello afro , la cual aún no había contraído matrimonio porque lo estaba esperando, y también, porque nadie la quería por fea y pobre. Al encontrarse por casualidad con aquel joven, que muchas deseaban, no lo soportaba. Debido a que el joven la reconoció por su cabello, trataba de conquistarla, pero ella creía que era una broma. Al pasar los meses, el joven tiene que anunciar con quien quiere casarse, y después de ser una mujer por la que sólo daban una gallina, ahora este joven daba 14 gallinas y 14 vacas por su mano. El padre contento, por supuesto, pero ella no quería casarse porque esperaba aún a ese amigo de la infancia. Pero ese día, en que el estaba pidiendo su mano, le dijo quién era realmente y ella lo cacheteó por los años que habían pasado y lo besó porque regresó con ella a pesar del tiempo.