Por fin, en el tercer episodio reaparece Niki, con su hijo Micah, pero su marido parece estar muerto, del todo? También se produce otra gran reaparición, la de Sylar, lo hace junto a otra heroína, que es quien lo salvó y que tiene el “don” de crear ilusiones, además de reavivar viejas costumbres en él.
Hiro sigue con su aventura en el Extremo Oriente, donde intenta que su héroe Takezo Kensei sea al que él conoció en los libros de historia. Tendrá ayuda inesperada en ello. En este episodio le obliga a enfrentarse a los 90 ronin cabreados. Un ronin era un samurai que trabajaba como mercenario, sin deberse a ningún dueño.
En cuanto a la animadora, ya se ha echado un nuevo amiguito, también con poderes, como ella, pero curiosamente vuela, igual que su padre biológico, así que, como ya dije en comentarios anteriores, me da mala espina, tanto por eso como porque el tío ese no me inspira ninguna confianza y parece un poco cabroncete. A ella la ha dejado obnubilada con el fondo de la cuestión, pero en las formas no ha estado bien.
Como pasó en la temporada pasada, en esta ya vemos cual es la catástrofe a evitar (o no) con la que acabará la temporada: es la muerte del Sr. Bennet, el cuadro número ocho de los ocho que pintó Isaac Méndez.
A pesar de saber ese trágico suceso que puede ser la clave de la acción en esta temporada, lo cierto es que los héroes siguen sin tener mucha relación entre sí. Prácticamente no coinciden entre ellos. Noah Bennet y Mohinder parece que no tardarán mucho en verse con Niki Sanders y Sylar tampoco creo que tarde en empezar a hacer de las suyas.
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