Dirección: Anne Fletcher.
Reparto: Katherine Heigl (Jane), James Marsden (Kevin), Malin Akerman (Tess), Judy Greer (Casey), Edward Burns (George).
Guión: Aline Brosh McKenna.
Producción: Roger Birnbaum, Gary Barber y Jonathan Glickman.
Música: Randy Edelman.
Fotografía: Peter James.
Montaje: Priscilla Nedd Friendly.
Diseño de producción: Shepherd Frankel.
Vestuario: Catherine Marie Thomas.
USA 2008
Quizás muchos ya no recuerden a aquella joven protagonista de Mi Padre, ¡Qué Ligue! que compartía pantalla con Gerard Departieu, porque aquella chica de tan sólo 16 años destacó lo justo, pero no tanto como la doctora que interpreta en Anatomía de Grey, por la que Katherine Heigl se ha hecho más conocida.
En cualquier caso ambas chicas han dejado parte de su poso en esta actriz y su natural belleza hace el resto para convertirla en ideal para este tipo de comedias románticas que nunca creemos que puedan llegar a suceder… pero nos gustaría.
Katherine Heigl da como para protagonizar una comedia ligera como esta, aunque para mí que le falta ese algo que convierte a una actriz en algo especial. No llega a tener el grado de mala leche que podría convertirla en una gran actriz. Pone cara de buena, pero de ahí no parece poder salir. Seguro que podría convertirse en la nueva Meg Ryan del siglo XXI, pero eso llega a cansar y hay que ver como le ha ido a la Ryan desde que intentó cambiar de rol.
En conseguir un grado más de profundidad en este tipo de películas tampoco le ayudan sus compañeros de reparto, un estirado Edward Burns que no cambia de cara interprete el estado de ánimo que interprete (¿cara? No cambia ni un músculo) y un James Marsden que haciendo de Cíclope en los X-Men conseguía transmitir más emociones que con este personaje al que no llego a entender.
Si además de cómo comedia resultar ligera, basas su romanticismo en topicazos y situaciones más que vistas, sin sorprenderte para nada como acaba ella con su jefe y con el periodista, ni la boda que va a cerrar la peli, ni lo que pasará con los 27 vestidos, porque todo eso puedes adivinarlo desde el minuto uno, la película se convierte en un subproducto más que olvidable, prescindible, sólo aptos para adictos a las comedias facilonas de chica busca chico, a los que les resultará entretenida.
Aún así os cuento de que va la historia. Jane (Heigl), está secretamente enamorada de su jefe George (Burns). En una fiesta del trabajo en el que se decide a decirle algo, el jefe conoce a su hermana Tess (Malin Akerman) y entre ellos surge un romance que se concreta en boda en pocos días, gracias a las artimañas de Tess.
En todo esto aparece por ahí un reportero dicharero (Mardsen) que le tira los tejos a Jane, al mismo tiempo que hace un reportaje sobre la boda de Tess y George. Ahí empezarán los equívocos, las meteduras de pata, los tira y afloja entre todos los personajes y el meollo de la película.
Por supuesto que la prota tiene una supermejor amiga y compañera de trabajo (Judy Greer) que hace las veces de su Campanilla particular que le está siempre diciendo lo que tiene que hacer, es su conciencia “metomentodo”.
¡Ah! Y los 27 vestidos, que son los que la protagonista se ha puesto en otras tantas bodas a las que ha asistido como dama de honor, lo que alucina al reportero que ha de verla y fotografiarla vistiendo todos ellos.
Como veis todo muy manido, muy visto y, eso sí, muy apto para los que busquen justamente eso. Lo más original: el cartel.
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