PaÃs: Austria
Año: 1997
Género: Terror
Director: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke
Montaje: Andreas Prochaska
FotografÃa: Jürgen Jürges
Reparto: Susanne Lotear, Ulrico Mühe, Arno Frisco, Frank Giering, Stefan Clapzynski, Doris Kunstmann, Christoph Bantzer, Wolfgang Gluck, Susanne Meneguel, Monika Zallinger.
En breve se estrenará el remake de Funny Games. La dirige también Haneke y según parece reproduce esta pelÃcula plano a plano, asà que los que la hemos visto no podemos albergar sorpresa alguna. Cambian las caras de los protagonistas en todo caso. Naomi Watts y Timothy Roth serán los sufridores en casa.
La gran virtud de Funny Games, de estos juegos divertidos, que tienen poco de divertidos y mucho de sádicos y macabros es la capacidad del director, Michael Haneke de desasosegar y angustiar al personal.
Ya de entrada, cuando la familia formada por un matrimonio y su hijo pequeño van a pasar unos dÃas en un casa del lago y una vez instalados reciben la visita de un joven que viene a pedir a la mujer que está en la cocina unos huevos, mientras el marido y el hijo lanzan el barco al agua, ya notamos algo raro. El aspecto del joven, la forma de moverse, el sudor en su frente, los guantes en las manos, sus miradas huidizas.
De modo magistral, lo que podrÃa ser un malentendido, hace sonar las alarmas en la cabeza de la mujer cuando otro joven, amigo del primero entra también en la casa, tomándose muchas confianzas.
Pronto se descubre que los dos jóvenes no son unos delincuentes comunes, de esos que se conforman con robar o incluso someter sexualmente a sus vÃctimas. No, lo suyo es un juego mucho más macabro, más elaborado, una guerra psicológica, donde lo que al principio se antoja como un juego, luego se descubre como el plan de dos mentes criminales que disfrutan haciendo daño, vejando y humillando a quienes tienen cerca. Sin el menor asomo de remordimiento en sus acciones, simplemente ejecutan.
Las interpretaciones tanto del duo psicópata como de los padres son soberbias y dan aún más verosimilitud a lo visto. El padre es Ulrich Mühe (La vida de los otros, Amen)
Haneke no pretende sólo mostrar una violencia irracional asà sin más, sino también el espÃritu juguetón de los humanos. Los asesinos en sus charlas se llaman entre ellos Tom y Jerry, o Beavis and Butthead. Incluso uno de ellos mira a la cámara en un momento dado para deshacer una escena y seguir asà con su juego o al final de la pelÃcula, donde quieren seguir jugando. Hay apuestas al espectador que versan sobre las posibilidades de supervivencia, pidiéndonos que nos posicionamos, por qué está claro quienes son los buenos y quienes los malos.
No hay recreación explÃcita de la violencia. Las acciones criminales se llevan fuera de campo y lo que más angustia es la gestión de la maldad, la ejecución y divertimento que supone borrar del mapa una familia burguesa, hijo incluido, a manos, no de unos toxicómanos, unos choricillos de tres al cuarto, sino de jóvenes estudiosos, preparados, que no provienen de familias desestructuradas, ni nada parecido, para los cuales matar no es un problema moral sino un juego.
Funny Games es una pelÃcula entretenida, aterradora, angustiante, que se aborrece por lo que vemos en la pantalla, gracias a la mano magistral de Haneke, a su dirección de actores, a la narración de la historia para pergeñar una pelÃcula de terror psicólogico que asusta mucho más que cualquiera de las cientos de pelÃculas que he visto de terror estas últimas décadas.
TenÃa ganas de verla desde hacÃa tiempo y me he quedado satisfecho. Lo que sucede cuando te dan lo que esperas y de Haneke, tras ver Caché y El tiempo del lobo espero mucho.
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