Dirección y guión: Greg McLean. TÃtulo original: Rogue PaÃs: Australia. Año: 2007. Duración: 94 min.
Género: Terror.
Interpretación: Radha Mitchell (Kate Ryan), Michael Vartan (Pete McKell), Stephen Curry (Simon), John Jarratt (Russell), Caroline Brazier (Mary Ellen), Sam Worthington (Neil), Damien Richardson (Collin), Robert Taylor (Everett), Geoff Morrell (Allen), Heather Mitchell (Elizabeth).
Producción: Greg McLean, Matt Hearn y David Lightfoot. Música: François Tetaz. FotografÃa: Will Gibson.
Montaje: Jason Ballantine.
Diseño de producción: Robert Webb. Vestuario: Nicola Dunn.
Tras ver Wolf Creek tenÃa interés en ver lo último del director y guionista Greg McLean y he quedado satisfecho. Está rodada en Australia y los paisajes son fantásticos y acechantes. Un grupo de turistas va a hacer una excursión por un rÃo, con una monitora, que les advierte de los cocodrilos que hay por la zona que de vez en cuando se cobra alguna vÃctima, más por imprudencia que por otra cosa.
Cuando van en la barca ya de regreso, ven unas bengalas y se ven obligados a regresar. Reciben entonces el ataque de una bestia que les conmina a dejar la barca y llegar hasta un montÃculo donde estarán a buen recaudo unas horas, hasta que suba la marea y quede el área anegada.
No hay novedades al respecto. El grupo es heterogeneo. Hay uno que escribe para una guÃa de viajes, un fotografo, un pareja con hijos, el que se pone nervioso a las primeras de cambio, el que es más conciliador, el que se asusta por todo, el que va de perdonavidas y el que no ve el peligro. Asà que irán cayendo uno tras otros, sin que importe mucho el orden.
Los que más pinta tienen de durar son la monitora y el escritor de guÃas de viaje, que son los dos guapos de la pelÃcula y los actores más conocidos.
Sin apenas fx ni pantallas azules, como sucedÃa en REC, Greg McLean se deja de casquerÃa digital y va a lo que da miedo de verdad, un animal de dientes afilados y proporciones bestiales que puede devorar un humano como el que se lleva al gaznate un pintxo de tortilla. Ante esa bestia los humanos tratan de sobrevivir, de librar el pellejo, poniendo su inteligencia al servicio de su misión, con resultados dispares.
El ritmo está bien dosificado y no se hace nada pesada, sino todo lo contrario, la historia avanza a dentelladas, mientras el agua se va enturbiando de sangre. Hay dosis de acción y suspense bien trabajadas. Los actores sufren de lo lindo y la bestia está bien recreada, si bien lo que importa es el miedo atávico hacia lo desconocido, toda vez que los humanos invadan un terreno que no les pertenece y la bestia no haga otra cosa que marcar su terreno, defendiéndose a su manera, esto es atacando.
Para pasar una hora y media en tensión con En el territorio de la bestia, basta y sobra. No hay complicaciones digitales y queda patente como teniendo las cosas claras no hace falta presupuestos astronómicos para acojonar al personal y hacer sufrir al espectador.