Dirección: Eric Brevig.
País: USA. Año: 2008. Duración: 92 min.
Género: Aventuras, fantástico.
Interpretación: Brendan Fraser (Trevor Anderson), Josh Hutcherson (Sean Anderson), Anita Briem (Hannah), Seth Meyers (profesor Alan Kitzens), Jean-Michell Paré (Max Anderson), Jane Wheeler (Elizabeth), Frank Fontaine (hombre mayor), Giancarlo Caltabiano (Leonard), Kaniehtiio Horn (chica Gum-Chewing).
Guión: Michael Weiss, Jennifer Flackett y Mark Levin; basado en la novela «Viaje al centro de la Tierra» de Julio Verne.
Producción: Charlotte Huggins y Beau Flynn. Música: Andrew Lockington.
Fotografía: Chuck Schuman.
Montaje: Paul Martin Smith, Dirk Westervelt y Steven Rosenblum.
Diseño de producción: David Sandefur. Vestuario: Mario Davignon.
Viaje al centro de la tierra cumple con su cometido: entretener, y ofrece pocas cosas más, dado su escaso recorrido. La historia va de un científico llamado Trevor que investiga la actividad de los volcanes y visto sus escasos resultados en la materia está a punto de ver como le cierran el laboratorio.
Un fin de semana Trevor recibe la visita de la viuda de su hermano Max, también vulcanólogo y de su sobrino Sean. A lo tonto tras analizar unos datos en el ordenador del laboratorio que apuntan actividad sísmica y unas condiciones parejas a las que había cuando Max desapereció deciden hacer un viaje que los llevará a los confines de la tierra, nada menos que a Islandia. Allí la pareja conoce a Hannah, cuyo padre era Verneniano, ese tipo de gente que creía a pies juntillas lo que Julio Verne decía en sus libros, como Viaje al centro de la tierra.
Tras hacer una excursión acompañados por Hannah que es guía de montaña, llegan a un localizador y tras esconderse en una gruta de la que no hay salida al quedar la entrada taponada con un alud de piedras inamovibles, comienzan a indagar y se abre ante ellos un mundo fantástico e ignoto, poblados de pájaros luminosos, de mares interiores y de toda suerte de parajes que les llevan a afirmar que es otro mundo dentro del mundo.
Se suceden las peripecias, algunas bastante trilladas como la excursión en vagoneta, tipo montaña rusa. Hay dinosaurios, monstruos marinos, plantas carnívoras, y toda clase de fauna y flora que no les pondrá la cosa nada fácil.
Como es de prever todo sucede bien pues partimos de la base de que nada puede pasarle a la terna actoral.
Entre Trevor y Hannah, a pesar de que el primero parece el padre de la segunda (aunque se llevan poco más de 10 años en la vida real), surge algo parecido al amor, pero la escasa profundidad de los personajes y lo superficial de las situaciones, hace que a pesar de que la película con la que debuta Eric Brevig resulte divertida (más si se ven en una pantalla apta para las tres dimensiones), su efecto sea el olvido casi inmediato, tras salir del cine o de verla en casa, por lo trillado de la propuesta y su funcional planteamiento, donde los personajes se pasan casi toda la película corriendo y gesticulando con una pantalla azul a sus espaldas.
A su favor decir que la película está concebida para verse en cine de 3D. Leo por ahí que para crear las tomas con efectos visuales (VFX) de “Viaje al centro de la tierra” en 3D, el equipo de VFX de Townsend trabajó en turnos dobles, haciendo el doble de tomas para cada uno de los 726 efectos visuales filmados, hasta producir un total de 1.400 efectos visuales creados. Por eso verla en el salón de tu casa, en pantalla de 28″, no surte el mismo efecto.