Malas Temporadas (España 2005)

DIRECTOR: Manuel Martín Cuenca
GUIÓN: Manuel Martín Cuenca & Alejandro Hernández
REPARTO: Javier Cámara (Mikel), Leonor Watling (Laura), Nathalie Poza (Ana), Pere Arquillué (Pascual), Enan Oña (Carlos), Fernando Echevarría (Fabré), Gonzalo Pedrosa (Gonzalo), Raquel Vega (Rita)
España 2005

Pausada película que cuenta las vidas cruzadas de varios personajes que por unos u otros motivos se encuentran en situaciones similares. Es radicalmente triste y nos viene a decir que lo importante no es la posición en la que nos encontremos, sino la tendencia. Quiero decir, que por muy mal que estés, eso no es lo que te debe importar, aunque vayas a peor, si hay un momento en que tu vida mejora, aunque sea para quedarte igual que antes de pasar una mala temporada, con eso es con lo que debes quedarte.

Tres son los personajes principales, que con sus historias van hilando la trama global. Por un lado Ana (Nathalie Poza) es una trabajadora social cuyo hijo, falto de atención decide encerrarse en su habitación para no volver a salir nunca más. Mikel (Javier Cámara), un exmaestro de ajedrez, se dedica a dar tumbos tras salir de la cárcel, buscando a un antiguo compañero. También está Carlos (Eman Xor Oña), un cubano que se dedica a vivir de actividades ilegales, con idea de mejorar, pero sin posibilidad de hacerlo. Destaca el personaje secundario de Leonor Watling, una antigua actriz postrada en una silla de ruedas.

Estos cuatro personajes forman una telaraña que los une y a la vez los separa: trabajadores sociales, poderosos hombres de negocios, inmigrantes marginados, expresidiarios en busca de estabilidad… todos buscan los mismo, intentar pasar las malas rachas y para ello colean dando bocanadas en la una ciudad espesa que los absorbe. Cada cual reacciona como puede, con buenas intenciones pero pensando más en si mismos que en los que les rodean.

Está dirigida por Manuel Martín Cuenca, guionista (a cuatro manos con el cubano Alejandro Hernández) y director que debutó con la excelente La Flaqueza del Bolchevique adaptando a Manuel Silva en el campo del largometraje de ficción, pero que tenía ya una notable experiencia en el mundo del documental, hecho que le impidió en su día luchar por el Goya al mejor director novel.

La riqueza de los personajes es innegable, pero su tristeza es contagiosa. Tiene momentos realmente logrados y Nathalie Poza es la que más destaca, pues estos papeles dramáticos le vienen genial, a pesar de haber tocado también otros palos como la comedia con muy buenos resultados. La fijación de la cámara por los detalles de las escenas hacen también a esta una película muy realista que nos muestra ni más ni menos que la vida tal y como es.

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