Yo Soy la Juani (Bigas Luna, 2006)

Dirección: Bigas Luna

Reparto: Verónica Echegui (Juani), Dani Martín (Jonah), Laya Martí (Vane), Gorka Lasaosa (Nacho), José Chaves (Padre de Juani), Mercedes Hoyos (Madre de Juani), Marcos Campos (Marcos), Manuel Santiago (Raúl), Ferran Madico (Olavarría), Benito Sagredo (el Capi), Gaelle Diego (Loles)

Guión: Bigas Luna y Carmen Chaves Gastaldo

Producción: Bigas Luna y Luis de Val

Música: Facto Delafé, Horta & Petruchelli, Professor Angel Dust y Miguel Marín

Fotografía: Albert Pascual

Montaje: Jaume Martí

Dirección artística: Chu Uroz

Vestuario: Ana Herce

España 2006

Las películas de Bigas Luna suelen ser un reflejo de su propio mundo, así que espero que nadie pretenda ver en esta un ensayo sobre la juventud actual, aunque la Juani sí pueda ser representativa, hasta cierto punto de una buena parte de la sociedad de hoy en día.

El personaje de la Juani tiene la naturalidad, el desparpajo y el gancho de los buenos personajes que se agradecen y le hacen a una película resultar atractiva. Y por supuesto el atractivo de la propia Juani hace mucho a favor del global. Con sus ojos pintados, sus labios carnosos y su figura elegante y fina, consigue enganchar desde el primer momento por su fuerza y su presencia. Su encarnación en la vida real es Verónica Echegui, una joven casi desconocida. Y digo eso porque de momento el personaje puede a la actriz, existe más la Juani que la actriz que la encarna.

Otra cosa es el Jonah, el novio de la Juani, interpretado por Dani Martín, el cantate de El Canto del Loco, que fue actor antes que cantante, hemos visto por ejemplo en Sin Fín o en el doblaje de Escuela de Rock y pasó por la cantera de Al Salir de Clase, aquella serie en la que empezaron tanta gente que sorprende hoy al mirar atrás por lo que han llegado a crecer desde entonces: Pilar López de Ayala, Lucía Jiménez, Elsa Pataki, Víctor Clavijo, Sergio Peris-Mencheta, Paz Gómez o Alejo Sauras, entre otros muchos.

Pero aparte de la acertada elección de actores, lo que más destaca de la película es el ritmo, sean escenas de carreras de coches, pues el tuning es casi una forma de vida para los protagonistas, sean escenas de juerga o erótico festivas, que también abundan, todas están realizadas de forma excelente, con un montaje a la altura y hechas para no poder retirar la vista ni un segundo.

Además se sale de lo común en algunos aspectos, los mensajes que los protagonistas escriben aparecen sobreimpresos en pantalla y los encuadres son muy dinámicos y todas las escenas se acompañan de música, todo ello le da un aire propio del mundo que reflejan.

Lo cierto es que parece más la película de algún director joven, debutante, y con muchas ganas que la de uno tan experimentado como Bigas Luna. La sensualidad de su protagonista sí que es más identificable con su filmografía.

A mí lo que me ha dado la impresión en muchos momentos es estar viendo la misma escena que le que podría estar viendo, o quizás haya visto alguna vez, sentado en la parada de un autobús, en una discoteca o en la acera de una calle cualquiera. Por eso mismo tampoco consigue ser una película redonda, porque a veces peca de ordinaria o muestra escenas que distan de los cánones que dicta la cinematografía. A pesar de todo la realidad muchas veces sigue sin funcionar tal cual en la pantalla, necesita otros apoyos.

En cualquier caso me parece una película por encima de la media de las nacionales. Cuenta una historia concreta, de un sector concreto, de una forma acertada, y envuelto por unos elementos como la música, el vestuario, el montaje o la fotografía que se amoldan a ello, como debe ser. Guste más o menos, incluso aunque se quiera cuestionar la calidad, se ha realizado la elección correcta con todos los elementos.

Por cierto, para mi que esta Verónica Echegui tiene en muchos momento un gustoso aire a Natalie Portman…

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