Dirección y guión: Florian Henckel von Donnersmarck.
Reparto: Martina Gedeck (Christina-Maria Sieland), Ulrich Mühe (capitán Gerd Wiesler), Sebastian Koch (Georg Dreyman), Ulrich Tukur (teniente coronel Anton Grubitz), Thomas Thieme (ministro Bruno Hempf), Hans-Uwe Bauer (Paul Hauser), Volkmar Kleinert (Albert Jerska), Matthias Brenner (Karl Wallner), Herbert Knaup (Gregor Hessenstein).
Producción: Quirin Berg y Max Wiedemann.
Música: Gabriel Yared y Stéphane Moucha.
Fotografía: Hagen Bogdanski.
Montaje: Patricia Rommel.
Dirección artística: Silke Buhr.
Vestuario: Gabriele Binder.
Título Original: Das Leben der Anderen
Título Internacional: The Lives of the Others
Alemania 2006
Los festivales y premios que en ellos se entregan en muchas ocasiones no hacen justicia según el punto de vista de muchos, más que nada porque solamente reflejan la opinión del jurado que se encarga de darlos, con quienes podemos estar de acuerdo o no. En los pasados premios europeos el favorito era Almodóvar y su película Volver figuraba como casi segura ganadora, aunque para sorpresa de muchos la que se llevó el premio fue otra película alemana mucho menos conocida: La Vida de los Otros.
Quizás llevados por ese sentimiento patriótico que en (pocas) ocasiones no embarga a los españolitos de buena voluntad, muchos medios de comunicación se hicieron eco de esta supuesta “derrota” de Almodóvar, pero una vez vistas ambas películas, creo que el premio es muy justo, aunque también he de confesar que nunca he sido un incondicional de Almodóvar, entiendo que como director es muy bueno, pero parte de su visión del mundo no me acaba de convencer.
La vida de los otros está ambientada en la República Democrática Alemana, a mediados de los ochenta. Como dictadura que era, los servicios secretos, en concreto en esta Alemania era la Stasi, se encargaba de “velar” por el bien del régimen y controlar que no hubiera individuos subversivos que pudieran alborotar el orden público y para ello usaban todos los medios a su alcance, tanto preventivos, como escuchas con la más moderna tecnología, como correctivos, mediante interrogatorios y torturas perfectamente estudiados para servir a sus propósitos, como bien se encarga de mostrarnos la película.
Dentro de los principales objetivos de las dictaduras han estado siempre los intelectuales y esta película se encarga de mostrarnos la historia de uno de esos casos, desde el escritor que es objetivo de un bárbaro espionaje, hasta los altos cargos y sus motivos para hacerlo, pasando por una parte muy importante, el “funcionario” encargado de hacerlo.
La trama nos cuenta como el ministro de cultura Bruno Hempf manda establecer un cercana vigilancia a un escritor famoso, Georg Dreyman, a pesar de parecer un intelectual adicto al régimen y con una conducta intachable. Sus razones se salen de las meramente políticas, sólo quiere quitarse un rival para poder beneficiarse a su novia, la atractiva actriz Christina-Maria Sieland, a la que acosa valiéndose de su posición. El teniente coronel Anton Grubitz encargado de supervisar el caso y el capitán que lleva a cabo las acciones, Gerd Wiesler, curtidos en estas lides, sospechan del escritor, pero cuando se dan cuenta de las verdaderas intenciones del ministro ven además una buena oportunidad para ponerse una medalla.
Lo que pasa es que ambos, a pesar de haber estudiado juntos han ido llevando vidas divergentes y a pesar de mantener intactos sus instintos, el primero sólo piensa en seguir escalando posiciones mientras el segundo, dedicado más a la enseñanza, se ha ido dando cuenta de que el comunismo ha ido perdiendo sus valores y ya no cree tanto en el régimen, sino en la buena voluntad de las personas.
Todas estas situaciones personales de unos personajes muy bien trabajados irán dando giros a la historia. En todo momento mantiene un interés elevado y a pesar de las 2 horas y media de duración el ritmo es suficientemente acertado para no resultar lo tediosa que suelen ser películas tan largas.
Me han gustado sobre todo las interpretaciones de los protagonistas. Todos se nos presentan en una excelente escena de la que deberían aprender muchos cineastas. En un teatro se hace la representación de un estreno. Al autor lo vemos como un chulo intelectual, a la actriz como una atractiva femme fatal, al jefazo de la Stasi como un vividor y al capitán como un policía frío y calculador. Realmente todos los personajes tienen algo de eso, pero luego del desarrollo de la película va matizando esas personalidades y vemos otros muchos aspectos que se sobreponen a esa primera impresión que nos han dado, sorprende la riqueza de la composición de los personajes, lo que unido a unas interpretaciones de altísimo nivel y una ambientación en los mediados de los 80 muy lograda, hacen de esta una gran película.
Con los premios, además de en los europeos se ha encontrado con Volver en los Satellite y los Globos de Oro (que se entregan pasado mañana) al menos y entre los importantes ha estado nominada en los Independent Spirit Awards y batió el record de 11 nominaciones en los Premios Alemanes de Cine, de los que se llevó 7.
El estreno en España está previsto para el 16 de Febrero por ahora, crucen los dedos si quieren verla, algo recomendable, ya que a mi me ha parecido excelente, a pesar de sus casi 2 horas y media de duración en un perfecto, pero incomprensible para mí, alemán subtitulado.
Por cierto, aunque la he puesto con un poco de retraso, indicar que la proyección de esta película la pudimos disfrutar, en versión original, la semana pasada en el Festival Actual 2007 de Logroño, el que abre el año en España. Otras que vimos y ya hemos comentado han sido Venus o las programadas en el Maratón de cine.
En Cuak | La Vida de los Otros
Web Oficial | Das Leben der Anderen | The Lives of the Others
Enlace | IMDB
“Los hombres nos deben lo que habíamos imaginado que nos darían. Perdonarles esta deuda. Aceptar que sean distintos a las criaturas de nuestra imaginación es imitar el renunciamiento de Dios. Yo también soy distinta de lo que imagino ser. Saberlo, es el perdón”.
Simone Weill, “La Gravedad y la Gracia”
A María Eugenia… a quien no se como recordar.
Das Leben der Anderen (“La Vida de los otros”) es la opera prima del novel escritor y cineasta alemán Florian Henckel von Donnersmarck. El film se erige como una bellísima y austera parábola fílmica que explora los íntimos pliegues del corazón humano. Una serie de tomas casi teatrales, con una austeridad y una profundidad loables, alcanzan para presentar al espectador la dimensión exacta de un lúcido “paisaje de almas”.
Florian expresó en repetidas ocasiones, que el original movimiento íntimo que culmina en su film, lo encontró en las líneas de un mítico diálogo entre Lenin y Gorki en los albores históricos de la Unión Soviética. El líder revolucionario habría confiado al escritor lo siguiente: “Si escucho la Appassionata de Beethoven, si me detengo en esa música, me dan ganas de acariciarle la cabeza a la gente y decirle cosas amables, pero tengo que aplastar cabezas sin piedad para concretar mi revolución”.
Esta sentencia es partera de la obra artística que moraba en el interior del joven Director alemán: “Me dije que era un ejemplo absurdo de alguien en guerra con su propia humanidad, y pensé: ‘¿Y si pudiera encontrar una situación en la que obligar a Lenin a escuchar la Appassionata en el momento en que éste se dispone a aplastarle la cabeza a alguien?”
Von Donnersmark partió entonces hacia un monasterio alejado de la ciudad y escribió allí, durante un mes, el brillante guión de “La vida de otros”.
Las escenas transcurren en Berlín oriental hacia 1984, cinco años antes de la caída del muro, y explora la escalofriante realidad de la vida bajo la vigilancia de un cuerpo de espías civiles de la omnipotente Stasi, la policía secreta de Alemania del Este.
El film analiza con suma lucidez, las diversas formas en que las vidas se cruzan y se implican mutuamente hasta parir los diversos prólogos existenciales de las íntimas conversiones. Cuando al capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), un agente de la Stasi, se le encomienda la tarea espiar a un exitoso dramaturgo y a su novia, actriz de teatro, (Sebastian Koch y Martina Gedeck), éste se ve inmerso en ese mundo y ya nada vuelve a ser igual. Serán los maravillosos itinerarios del arte, los agentes catalizadores de las verdades interiores de un hombre. Con ciertas reminiscencias dostoyevskianas, el Director plasma una obra de alto vuelo artístico y hondo contenido moral con un final tan estremecedor como diáfano. Un final donde las lágrimas (resonancias personales aparte)… pueden ser nuestra propia respuesta para esta “Sonata”… la íntima convicción de experimentar, merced a un ensanchamiento del corazón, la noble tarea de ser buenos.
Diego Chiaramoni
Agosto 19 de 2007… Domingo por la mañana.
Excelente película, y muy recomendable.
A mí el calvo protagonista me recordaba físicamente a Kevin Spacey