Dirección y Guión: Javier Fesser
Reparto: Zeynabou Diallo (Binta), Agnile Sambou (padre de Binta), Aminata Sane (Soda)
Fotografía: Chechu Graf
Montaje: Javier Fesser
Forma parte de “En el mundo a cada rato”
Como los malos estudiantes, casi a última hora (aunque aún quedan 3 semanas), una vez visto que estaba nominado a los Oscar, nos hemos puesto a ver este cortometraje para poder tener las cosas claras de cara a la entrega de premios.
A pesar de estar escrito y dirigido por Javier Fesser, que nadie espere encontrarse en este corto la locura a la que nos tiene acostumbrado este director en títulos como Mortadelo y Filemón, El Milagro de P. Tinto o el corto que comentamos hace poco, Aquel Ritmillo. Binta y la Gran Idea era una de las 5 historias que completaban la película “En el Mundo a cada Rato”, que abordaban temas diferentes en los que se preocupa UNICEF: el sida, la educación de los niños, el desarrollo de los países pobre, la violencia, explotación, discriminación, etc. dirigido cada uno de los fragmentos por un director diferente.
De forma casi documental pero con el sentido del humor siempre presente, en Binta y la Gran Idea es la propia niña, Binta, la que nos relata su vida diaria en su aldea africana, como va a la escuela mientras su prima por ejemplo no puede y cosas del día a día que distan mucho de lo que acostumbramos a hacer en “el primer mundo”, aunque más que las cosas en sí, es la forma de ver las cosas lo que más cambia.
Como muchas de las películas africanas, a pesar de la pobreza, el analfabetismo o la dura lucha diaria por seguir adelante a la que se enfrentan estas gentes, siempre queda un momento para la alegría, para el baile, para tener una sonrisa en la cara y para llenar de vivos colores el cuadro de la cámara.
La principal misión del corto es relatar la importancia de la educación de los niños, sobre todo de las niñas, a las que muchos padres no dejan ir a la escuela, pero además la “Gran Idea” a la que hace alusión el título es la que se le ocurre al padre de la pequeña Binta para contribuir al desarrollo mundial, que no se nos desvela hasta el final del cortometraje.
Es divertido y alegre además de reivindicativo y toca temas bastante trascendentes en el mundo actual, así que la nominación al Oscar no parece venirle grande.
La historia fue rodada en Senegal, en francés.