Dirección: Manuel Gutiérrez Aragón. País: España. Año: 2008.
Duración: 95 min. Género: Drama.
Interpretación: Óscar Jaenada (Josu Jon), José Coronado (Xabier Legazpi), Vanessa Incontrada (Francesca), Iñaki Miramón (Imanol Iríbar), Adolfo Fernández (Orkatz González), Kike Díaz de Rada (Lesaca), Leire Ucha (Olatz), Iñaki Font (Iraultza), Paul Zubillaga (Paco), Iñake Irastorza (madre de Josu).
Guión: Manuel Gutiérrez Aragón y Ángeles González-Sinde.
Producción: Enrique Cerezo y José Manuel Lorenzo.
Música: Ángel Illarramendi.
Fotografía: Gonzalo Berridi.
Montaje: José Salcedo. Dirección artística: Félix Murcia.
Vestuario: Estíbaliz Markiegi.
De entrada decir que la película me ha decepcionado. Me extraña que estando en el guión Ángeles González-Sinde y colaborando José María Calleja (periodista vasco que dejó Euskadi tras las continuas amenazas recibidas, y que por tanto sabe bien de lo que habla), el resultado sea tan malo.
La historia va de una profesor de Universidad, Xabier, que por llamar a los asesinos asesinos, tanto como decir que la leche es blanca y el agua moja se ve en el punto de mira de ETA. Xabier sale con Francesca que es psicóloga y como es italiana cuando se calienta jura en ese idioma (la actriz es Vanessa Incontrada, española que se fue a Italia donde triunfó con Il cuore altrove, la cual está de muy bien ver y tiene la mitad de años que su pareja).
Tenemos también a un gudari, esos que van a salvir a su pueblo poniendo bombas y pegando tiros en la nuca, con el cerebro tan fundido como un queso idiazabal a la parrilla. El mozo se llama Josu Jon, el cual en una acción terrorista, sufre un accidente de coche y cuando vuelve en sí, no recuerda nada. Así que sus amigos, también gudaris deben decirle cual es su misión en la tierra: acabar con los enemigos, los españoles y los que residen en territorio euskaldún pero no quieren ni la independencia ni usar a la violencia. El caso es que Josu al no recordar, no siente la necesidad de cometer maldades, de prender fuego a cajeros, de intimidar o amenazar a nadie, ni en última instancia ir pegando tiros a todos aquellos que atentan contra el Pueblo Vasco.
A su vez, Xabier acude cada semana una sociedad gastronómica, donde uno de los miembros, Imanol le amenaza de muerte. En esas sociedades es cierto que no se puede hablar ni de fútbol ni de política, así sin tocar esos dos temas, las cosas pueden ir más o menos bien.
Cuando Xabier se sabe amenazada recibe apoyo con dos escoltas y se derrumba sin entender cómo le puede estar a él pasando eso.
Mientras, Josu no sabe si volver a las andadas y seguir su destino como libertador de su pueblo, o dejarse de historias, cuidar de su madre, y vivir y dejar vivir, que es lo que hacen todos los que no tienen las manos manchadas de sangre o de pólvora.
El problema de la película es que es tan superficial que todo queda en un mero esbozo, en una caricatura que lejos de explicar lo que pasa en Euskadi o de proponer alguna solución, se queda en lo anecdótico. No sé qué pensarán los espectadores que no conozcan la banda etarra después de ver la película. A mí la película ni me ha gustado, ni me ha emocionado, ni los actores ayudan mucho, ni Jaenada, ni Coronado ni la sensual Vanessa.
Todos estamos invitados, es por tanto otro acercamiento fallido al mal llamado problema vasco, que más que problema es una lacra o una limpieza étnico-política que dura ya más de tres décadas. No bastan con las buenas intenciones, el poner sobre la mesa un tema calentito para obtener unos buenos resultados.
El problema de la película es que tiene poco mordiente, cualquier documental rodado en territorio Vasco o unas imágenes de cualquier telediario son más impactantes que lo que aquí se ofrece.