Director: Daniele Luchetti.
Guión: Daniele Luchetti, Sandro Petraglia, Stefano Rulli.
Intérpretes: Elio Germano, Raoul Bova, Isabella Ragonese, Luca Zingaretti, Stefania Montorsi. Giorgio Colangeli, Alina Madalina Berzunteanu, Marius Ignat, Awa Ly, Emiliano Campagnola, Alina Berzunteanu
Music Franco Piersanti
Fotografía:Claudio Collepiccolo
Casting: Gianni Costantino
Género: Comedia,
duración 95 min.
Países: Italia, Francia
Año: 2010.
Claudio trabaja como operario en una obra en las afueras de Roma. Tiene mujer, dos hijos y otro en camino. Cuando su mujer fallece de repente tras dar a luz, su mundo se le viene encima. Su empleo le quita muchas horas al día y debe buscar la manera de recolocar a sus vástagos entre sus hermanos. Todo empeora cuando en la obra encuentran el cadáver de un hombre. Deciden echar tierra, o cemento, sobre el asunto y hacer como que no ha pasado nada. Algo difícil de conseguir. Claudio mantiene la boca callada y a cambio consigue un trato de favor de su jefe.
La película sin ningún afán de resultar didáctica, resulta sumamente pegada a la realidad. Sin pretender ser en exceso explícita, aborda muchos de los problemas que sufrimos hoy en día casi todos. Así el no poder conciliar la vida laboral y familiar le dará unos cuantos quebraderos de cabeza. La necesidad de muchos y la avaricia de otros tantos permitirá ocultar una muerte. Habrá sexo ofrecido por compasión. Hermanos con poblemas de socialización. Padres que confunden lo material con lo espiritual, que tratan de suplir su presencia con aparatos juguetes, padres que no saben que un no resulta las más de las veces más instructivo que un sí.
Hay inmigrantes trabajando en la obra que se esconden cuando oyen una sirena, pues trabajan en negro y sin papeles. Otras mafias que hacen trabajos a la velocidad del rayo currando 24 horas al día, sin que quede constancia de ello en ningún papel y sea suficiente para cerrar los acuerdos un simple apretón de manos.
La interpretación de Elio Germano es soberbia. No es el suyo un personaje agradable. Las pasa putas toda la película y trata de encontrar el norte como buenamente puede, si bien está tan perdido como el resto y esa impotencia se ve bien en la película. Sus lágrimas no son lágrimas de cocodrilo, sino las propias de un alma que rezuma tristeza por haber perdido lo que más amaba. Claudio es un luchador, sale para adelante como puede, si bien ya hay quien le cante las cuarenta alguna vez que otra.
Anima fragile, canta Claudio en el funeral de su esposa. Un himno de Vasco Rossi. Todas las almas son frágiles, pocas lo muestran de una manera tan bella y descarnada como La nostra Vita. Recomendada queda.
La historia de esta película se ve super interesante me la conseguiré para poder verla.