La presidenta sigue sin ponerse en contacto directo con Bauer. Sabe de su existencia, todo el mundo lo conoce a él y sus métodos, y es informada de los pasos que el FBI sigue, pero no hablan el uno con el otro. Seguro que todo llegará.
También se descubre otra cosa que ya intuíamos, que los pasos que sigue Bauer y los malos malísimos tienen que ver con lo que hicieron en África. Se trata de la venganza contra los USA del mismísimo Dubaku, a cuyo hermano Bauer mató, no con una, sino con las dos manos atadas a la espalda, literalmente, por si alguno no vio la película.
Una trama secundaria pero de importancia es la que tiene que ver con el marido de la Presidenta (¿primer caballero?) y el hijo de ambos. A este hijo lo conocimos en la película, y un colega suyo le había metido en un lío de espionaje y tráfico de armas. En el lapso de tiempo trascurrido desde entonces el hijo se ha suicidado, aunque el padre se aferra a que ha tenido que ser un asesinato.
Muy interesante es el reencuentro entre Bauer y Almeida, que está a la altura de las circunstancias. Sabemos que Bauer no ha perdido el pulso ni sus aptitudes innatas para llevarse por delante a quien haga falta.
¡Ah! Un detalle. Aunque lo parezca, el tipo de la foto no es el friki protagonista de la serie The Big Band Theory. En cualquier caso, si algún guionista de la serie lee esto, decirle que eso de que descubran y mantengan en secreto que hay un topo y que nos muestren a uno de los personajes haciendo cosas de «estrangis» para apuntarlo como sospechoso, está ya muy visto en esta serie, a ver si cambian el chip.