Todos lo hilos conductores de la temporada se van desarrollando con fluidez. De todos ellos quizás el que menos interés tenga por ahora es el de la muerte del hijo de la Presidenta. De un momento a otro aparecerá Jon Voight y esperemos que sea entonces cuando se anime. De momento, ni rastro de él.
En lo referente a Almeida, la cosa ha dado un giro, ya que este está con Bill Buchanan y Chloe, dos de los mejores “buenos” de la serie. Parece ser que Almeida está de parte de los buenos, así que Bauer, siguiendo su instinto lo saca de la sede del FBI. Eso demuestra que sigue en forma, porque no es algo que haga cualquiera. Él lo hace casi sin despeinarse.
Por su parte el coronel Dubaku sigue con su plan de chantajear a los Estados Unidos para que se retiren del país. En los primeros episodios ya dejaron patente de lo que son capaces. En esta serie también suelen ser dados a dejar un poco de manga ancha a los malos y que realicen alguna demostración de su fuerza del tipo de puedo matar a 4 millones, para demostrarlo voy a empezar con 4.000.
De verdad que la temporada promete en emoción. Sobre todo si como parece el FBI acaba por quedar al margen y los antiguos componentes de la UAT siguen a su bola, con Bauer a la cabeza.
Me alegra saber que a pesar de estar ya en la 7ª temporada, que se dice pronto en los tiempos en que estamos, la serie sigue teniendo el mismo ritmo e interés. Como toda la acción de cada temporada se desarrolla en un sólo día, aunque pasan muchas cosas no llegan a desarrollarse en el tiempo y eso puede hacer que no nos sature de una temporada a otra, ya que nos dicen que algo ha pasado, pero no tenemos que tragarnos todo el proceso.
Y por supuesto, el cuarteto de protas que permanecen de temporadas pasadas, Chloe, Buchanan, Almeida y Bauer son los mejores que podían reunir de nuevo, aunque sigo sin perder la esperanza de que vuelva la hija de Bauer.
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