DIRECTOR Billy Wilder
GUIÓN Charles Brackett, Billy Wilder, Richard L. Breen (Relato: David Shaw)
MUSICA Frederick Hollander
FOTOGRAFÍA Charles Lang Jr. (B&W)
REPARTO Jean Arthur, Marlene Dietrich, John Lund, Millard Mitchel, Peter von Zerneck, Stanley Prager, Bill Murphy, Raymond Bond
PRODUCTORA Paramount Pictures
Tras el acuerdo de Postdam que supuso el desmembramiento y reparto de Alemania en cuatro divisiones, a manos de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial: rusos, americanos, ingleses y franceses, el Berlín Este pasó a manos de los rusos. Es en el Berlín Oriente, en concreto en el sector americano en donde se desarrolla la trama de la película.
Un comité de congresistas americanos se traslada a Berlín en 1945, a una ciudad reducida a polvo y cenizas con casas que son espejismos, y calles y plazas aniquiladas, con edificios semejantes a quesos de gruyere. El objeto del viaje es comprobar si realmente la moral de los soldados americanos está viéndose afectada por los fantasmas de carne y hueso de la guerra.
La congresista, protagonista principal de la película, a su llegada adopta una actitud censora ante lo que ve en las calles:
Soldados americanos camelando a chicas alemanas, mercado negro de toda clase de productos, club nocturnos atestados de tropas militares.
El capitán frecuenta la compañía de una mujer alemana, novia en su momento de un alto dirigente de la GESTAPO, a la cual obsequia con detalles tales como azúcar, chocolate, cigarros e incluso un colchón. Ella es una cantante que actúa en un local llamado Lorelei, al cual acuden los militares y en donde interpreta canciones que explican lo que sucede en periodo de guerra, como Black Market (Mercado Negro).
La congresista toda vez que descubre el pasado nazi de la cantante se empeña en descubrir quien en el ejercito americano la protege, y para ello recurre al capitán ,del cual desconoce que es el amor secreto de la cantante. Ante el empecinamiento de la congresista de Iowa, el capitán recurre a sus métodos de ligón para conseguir que esos tres días que va a permanecer en Berlín, tan solo piense en el amor. Y de verás que lo consigue nuestro capitán, y así sigue jugando a dos bandas. La congresista se ve fulminante seducida por las artes amatorias del capitán, para quien, lo que comienza como un juego acaba siendo algo más relevante en su vida.
El guión hace gala de una gran ironía, y no cae en el dramatismo de la posguerra, sino todo lo contrario, es una comedia que nos hace reír, y destila hilaridad durante toda la película (Inevitable con Billy Wilder como director).
Buenas interpretaciones tanto del capitán (John Lund), de la congresista (Jean Arthur) y de Marlene Dietrich, en los papeles estelares.
Y varapalo para la clase política a la cual castiga, tachándolos de burócratas que se llenan los bolsillos sin intentar entender lo que pasa a su alrededor. Perdidos entre enmiendas, disposiciones y demás parafernalia legalistas. Deja su impronta aun habiéndose realizado hace 60 años.
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