Blue Ruin (Jeremy Saulnier 2013)

Blue Ruin

Blue ruin aborda con buena mano algo tan manido y abundante hoy en día como es la venganza.

El protagonista es un hombre de unos treinta y muchos años que vagabundea, viviendo en un coche aparcado, bañándose en el mar, comiendo lo que pilla de los contenedores.

Un día recibe la noticia de que el asesino de sus padres sale de la cárcel y decide tomarse la justicia por su mano y acabar con el exconvicto.

La violencia genera violencia, mediante una espiral donde sabemos cómo empieza pero nunca cómo acaba. Lo cual no nos impide intuir que acabará mal, porque es difícil acotar la violencia desmedida, cuando no sabemos de qué somos capaces, y desconocemos a su vez, cómo reaccionan nuestras víctimas, que acabarán ajustándose a las leyes de acción-reacción.

El tempo de la película es pausado. El protagonista, acostumbrado a vivir en la soledad más absoluta se asombra incluso ante su propia voz y cuando confiesa a su hermana su crimen, ésta, y sus dos hijas pequeñas tendrán que poner pies en polvorosa, dado que los familiares de la víctima, no tienen intención de llamar a la policía, pues quieren resolver el caso a su manera.

El actor que da vida al protagonista Macon Blair parece estar entre asustado y empanado. Lo cual creo que es lo que el director quiere transmitir, porque el personaje podría ser cualquier de nosotros, si un día tenemos la peregrina idea de vengarnos de alguien, sin ser capaces siquiera de disparar con acierto una escopeta de perdigones.

El enfoque singular del director Jeremy Saulnier al abordar la historia, el protagonista apocado, las escenas de suspense y tensión bien elaboradas, el climax onnírico, el ambiente gris, silente,, el humor negro y un guión mínimo pero dilatado hasta la hora media con mucha solvencia, hacen de Blue Ruin una película que sin ser una maravilla la recomiendo pues no engaña a nadie y radiografía muy bien las consecuencias de la violencia expedita a manos de un pobre diablo que no tiene nada nada que perder, más allá de su vida.

Nuestra puntuación

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