[Crítica] ¡Nop! (Jordan Peele, 2022)

Que un autor consiga imprimir a sus películas su propio sello, llevarlas a su propio universo, es algo difícil y que no todos consiguen. Jordan Peele creo que ya está en ese ramillete de directores con su tercera película lo ha logrado y cuando vas a verla te esperas algo diferente y único en la forma de narrar esas historias.

En Nop, al igual que en las 2 anteriores (Nosotros y Déjame salir), es director, productor y guionista, por lo que darle su toque personal es algo que, como el valor en la mili, se le supone. Al igual que la crítica social velada, o no tanto, que siempre deja ver.

Además hay que contar con el nuevo género de cine que se ha puesto de moda, «Terror elevado» denominan a este tipo de películas de las que Peele es uno de los máximos exponentes. Con esto nos quieren vender películas que no son la típica historia de susto sangre susto y más sangre, carreras, muerte y fin. Se supone que detrás de las tramas hay lecturas más complejas, interpretaciones sofisticadas y que se salen del cine palomitero de género y te da un poco para pensar. Quizás no sea lo que buscan ni los fans del terror ni los gafapastas intelectuales, pero con estas películas ambos tipos de espectadores, y todos los que hay entre esos extremos, pueden decir que han disfrutado con una peli de terror sin tener que verse metidos en estereotipos.

En Nop podemos ver una mezcla entre el fantástico y la ciencia ficción con un toque de terror cotidiano de tono oscuro y un velado sentido del humor cordial que viene de las propias situaciones. Una mezcla explosiva que hay que saber llevar con tino, para no hacerla demasiado increíble, ni demasiado sosa, darle el punto correcto. Va a ser verdad que es terror elevado.

En cuanto a los personajes, con cuatro trazos nos los pintan muy bien. Sabemos lo justo de ellos para saber cómo se van a enfrentar a la situación desesperada en que la historia los pone.

Por un lado está OJ, un joven tranquilo (en exceso), que ayudaba a su padre en la granja de caballos amaestrados para el cine del que era propietario. La muerte de su padre en extrañas circunstancias delante de sus ojos le marca y no se acaba de creer las explicaciones que le dan, que ha sido por objetos caídos de un avión que le han impactado. Además que su trabajo ya estaba en crisis por los efectos especiales usados en Hollywood, que hace que los caballos amaestrados no sean necesarios, la muerte del padre, mito en la industria hace que los productores y directores pierdan la confianza y sea difícil para ellos que les contraten. OJ busca salida vendiendo los caballos a una feria cercana, pero sigue con la esperanza de levantar el negocio.

Negocio en el que le ayuda su hermana, una chica a la que el trabajo en la granja no le gusta y que se busca la vida haciendo un poco de todo. No es tan entregada como su hermano, pero le pone ganas a lo que le interesa, se encarga de la parte de marketing del negocio pero está más atenta a la mil cosas que se trae entre manos que a intentar seguir con el tema de los caballos, algo que ve cansado y acabado.

Cuando las cosas extrañas empiezan a sucederse más cerca de ellos en la granja, ambos deciden poner cámaras de vigilancia y es cuando se encuentran con un dependiente algo friki, muy aburrido y deseoso de encontrar algo sobrenatural que dé sentido a su aburrida vida detrás de un mostrador. Cada día la misma ropa, cada día las mismas frases promocionales, cada día lo mismo en el trabajo y nada más allá. Es por eso que cuando ve lo que se traen entre manos los hermanos, grabar los fenómenos paranormales de los que han sido testigos, se apunta sin ser invitado.

Una vez se ven abrumados por la situación y con necesidad de ayuda, recurrirán a un viejo director de cine, extravagante y muy suyo, que acabará por apuntarse también a la fiesta.

Y hablando de fiesta y de acabar mal, la película empieza y durante toda la historia se interlaza con una escena de un mono asesino. ¿Cómo se mete algo así en la película? Pues la verdad es que no tiene relación directa con la historia en si, sólo con uno de los personajes, un famoso niño actor que ahora de mayor es el dueño de la feria cercana a la que OJ vende los caballos y que será el detonante de todo lo que tiene que ver con el OVNI (ahora se llaman FANIs) que sobrevuela la granja.

Esa parte de la historia es genial, porque por un lado nos da idea de lo afectado que ese personaje se ha podido quedar, tras sobrevivir a ese ataque, algo que no hicieron parte de sus compañeros de reparto, muertos o deformados por el ataque del mono. Pero sigue queriendo el más difícil todavía que siempre busca el espectáculo. Por otra parte nos pone en aviso de la que se avecina, del gafe del personaje con los espectáculos que parecen ir bien. Y hasta ahí puedo leer, que no quiero chafar el final a nadie.

El final es vistoso, para mi gusto más estético que efectista, igual de excéntrico que el resto de la peli y en buena parte previsible, por las pistas que nos va dando.

Aviso que es una película para pensar en el significado de cada cosa que vemos. Si no lo haces, no la disfrutarás tanto porque se quedará en una película curiosa, sin más, un tanto rara y que podría haber dado mucho más de si. Pero si te sorprendes por cada ángulo de cámara y de una fotografía a la altura, si piensas en el simbolismo de la criatura protagonista, asimilable al Tiburón de Spielberg, si te fijas en el formato de Western la historia, la disfrutarás más.

Te aseguro que después de verla no te fijarás del mismo modo en las nubes veraniegas, ni en los coleccionistas de objetos de culto de películas, ni en los animales actores. Peele te va llevando por cada uno de esos símbolos, conectándolos de forma más o menos directa (¿esa zapatilla suspendida?) con una trama que avanza como un elefante en una cacharrería, con paso calmo pero arrasando todo a su paso.

Todo lo dicho esa para bien y para mal, debería quedar claro a cada uno si esta es una película de las quiere ir a ver, o no. Yo tengo claro a quien se la recomendaría (al que quiera pensar un poco) y a quien no (a quien el cine solo lo quiera como divertimento de encefalograma plano y palomitero, que también es bueno, según el momento).

Otra visión de la película de NOP.

Y el trailer para hacer boca:

Nuestra puntuación

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