En la serie El caso del Sambre, no se pone apenas la atención en el violador sino en las vÃctimas y en las secuelas que las acciones del primero tienen sobre las mujeres contra las que atentó. La serie está basada en hechos reales y el violador está hoy encarcelado y cumpliendo condena. Fue un caso sonado en Francia, dado que el violador consumó sus violaciones y agresiones sexuales durante más de tres décadas sin que la policÃa le diera caza. A lo largo de seis episodios vemos quién fue la primera vÃctima. Luego, a medida que van teniendo lugar más violaciones en las inmediaciones del rÃo Sambre, nada hará sospechar a la policÃa local que sean obra del mismo sujeto. Además, las pruebas forenses se echan a perder al meterlas en un frigorÃfico; algunas declaraciones no son registradas oficialmente, y el trato que reciben las mujeres al denunciar, a veces, son incluso objeto de burla.
Prima la falta de profesionalidad de los agentes. Más adelante una jueza tratará de juntar las distintas piezas del puzle y buscar el hilo conductor para poner cara al violador. Hay incluso rondando un retrato robot muy ajustado a la cara de uno de los vecinos de la zona, operario en una fábrica y entrenador de fútbol de jóvenes. Pero la jueza no logra avanzar en su investigación.
En otro episodio, la alcaldesa de una localidad del Sambre se toma como algo personal la violación sufrida por una de sus empleadas, y todo su empeño y coraje se le volverá en contra, cuando la gente no quiera ni oÃr hablar de que hay un violador suelto, puesto que esas noticias son mala prensa, noticias de las que huye el capital, como un posible centro comercial que quiere instalarse en la zona.
Otro capÃtulo tiene como protagonista a una cientÃfica que a través del análisis de todos los datos disponibles en las violaciones se ve capaz de encontrar el domicilio, o el barrio en el que puede vivir el violador.
A medida que pasan los años, la ciencia forense avanza, y con pruebas de ADN y la metodologÃa exhaustiva llevada a cabo por un comandante de policÃa que retomará el caso desde cero, para armar un relato que tenga como resolución un final feliz.
El último capÃtulo va dedicado al violador.Lo curioso en este caso es que todos los que investigaban el caso andaban muy despistados, porque no les cuadraba que un padre de familia, con dos hijos, esposa, trabajo y amigos pudiera cometer estas violaciones, que alguien que estaba tan a la vista, que tenÃa como amigo a uno de los policÃas, se sintiera tan protegido en ese hábitat, aun cuando su forma de proceder: el uso de una cuerda, una navaja de bolsillo, el gorro de lana negra, el olor a aceite, era algo que muchas mujeres habÃa visto u olido y constaba en las declaraciones.
La serie es obra del documentalista Jean-Xavier de Lestrade y eso se nota en el tono de la serie, que huye de cualquier morbo o sensacionalismo. Lo que evidencia la serie son los traumas que deparan a las mujeres violadas o agredidas estas violaciones y agresiones, lo mucho que sufrirán luego en sus casas, asustadas, atemorizadas, afectando a la relación con sus parejas y sobre todo en su dÃa a dÃa incluso décadas después de lo sucedido.