Género: Drama País:Argentina Año:2009
Duración:110´
Director: Mariano Cohn, Gastón Duprat.
Actores: Daniel Aráoz, Eugenia Alonso, Inés Budassi, Lorenza Acuña, Bárbara Hang, Enrique Gagliesi.
Guión: Mariano Cohn, Gastón Duprat. Música: Sergio Pángaro.
Producción: Fernando Sokolowicz, María Belén de la Torre.
Dirección de fotografía: Mariano Cohn, Gastón Duprat.
Ayudante de dirección: Diego Bliffeld. Cámara: Jerónimo Carranza.
Montaje: Jerónimo Carranza. Sonido: Ricardo Pitterbarg.
Dirección de arte: Lola Llaneza.
Dirección de producción: Juan Uruchurtu.
El hombre de al lado es una producción argentina que nos cuenta las desventuras que sufre Leonardo un afamado diseñador de sillas, cuando junto a su magnífica vivienda (habita en la única casa que Le Courbussierconstruyó en América), Víctor un vecino que vive enfrente decide abrir un hueco en la pared y colocar una ventana, para coger unos rayos de sol e iluminar algo su vivienda.
De entrada lo que Víctor, quiere hacer es ilegal, y además situando la ventana ahí, la casa del diseñador queda a un par de metros, violando la intimidad de éste, de su mujer y de la hija.
Luego todo consiste en ese tira y afloja. Víctor es entre otras cosas un artista urbano, que hace esculturas con material de deshecho, que pergeña espectáculos con dedos-marioneta, que no tiene pareja estable y no tiene que rendir cuentas a nadie de cuanto hace. Dice no ser un psicópata, pero poco o nada más sabemos de él, salvo que vive en un bloque de edificios, cuya vivienda es diminuta, más pequeña que el salón del diseñador.
El diseñador por su parte sufre con las obras del vecino, con los constantes ruidos, está continuamente en estado de alerta, pierde la compostura a menudo, sea con la mujer, con los alumnos o con los periodistas. Hay algo en Víctor que le atrae, quizá que porque este sea un espíritu libre, un hombre franco y directo, mientras Leonardo debe seguir a pies juntillas los dictados de su vida burguesa, acomodada, donde su hija pasa olímpicamente de él, y su mujer le come la cabeza con sandeces que llegan a importunarlo, como sus continuos piquitos.
Leonardo tratará de convencer a Víctor de que no haga la ventana, y luego una vez hecha de que deje todo como estaba en un principio, buscando siempre excusas, que le exoneran de decir lo que piensa, parapetado en sus mentiras y falsedades.
Los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat sutilmente critican al diseñador y los suyos, que viven en sus burbujas, para quienes cualquier insignificancia se les antoja un problema de dimensiones universales, que no quieren tomar contacto con quien está fuera de su clase social, de su grupo de influencia. Ellos viven en casas exclusivas en bunker, desde los cuales aprecian la realidad circundante con miedo porque para ellos todo supone una amenaza, aquejados de mixofobia.
Demoledora la escena en la que Leonardo junto a otro “entendido” de música, se ponen a escuchar música ambiente, llegando a confundir la música del cedé con los ruidos que hace el vecino con sus obras. Lo mismo que sucede cuando el que no tiene ni idea de arte, se las da de entendido y queda en evidencia.
Los dos actores Rafael Spregelburd (Leonardo) y Daniel Aráoz (Víctor) están sembrados, son personajes ricos, profundos, que definen bien su situación. Ante esa línea que divide la existencia de las personas, que delimita las clases sociales y otorga el estatus de amigo o no, es donde se mueven ambos, a veces parece ser que esa línea fuera a desaparecer, que los sentimientos fueran a superar lo material, pero una apuesta que aspira a ser creíble, debe ser consecuente y El hombre de al lado lo es.
El hombre de al lado es una película de las que invitan a debatir tras su visionado los temas planteados. Recomendable.