Película: El muerto y ser feliz. Dirección: Javier Rebollo.
Países: España, Argentina y Francia.
Año: 2012. Duración: 94 min.
Género: Comedia negra.
Interpretación: José Sacristán (Santos), Roxana Blanco (Érika), Valeria Alonso, Jorge Jellinek, Lisa Caligaris (Alejandra), Fermí Reixach (Santiago), Vicky Peña, Carlos Lecuona.
Guion: Lola Mayo, Javier Rebollo y Salvador Roselli.
Producción: José Nolla, Lola Mayo, Damián París y Luis Miñarro. Fotografía: Santiago Racaj. Montaje: Ángel Hernández Zoido.
Dirección artística: Miguel Ángel Rebollo.
Vestuario: Marisa Urruti.
Quien busque una película alegre, divertida, personajes simpáticos y ufanos, parajes paradisiacos, diálogos trillados, encuadres perfectos, una fotografía deliciosa, le recomiendo que no vea El muerto y ser féliz.
El muerto al hoyo y el vivo a ver las películas de Rebollo.
Rebollo es director de cine. Lo descubrí con La mujer sin piano. Si la has visto sabrás que Rebollo es especial, que para él, el cine es otra cosa, a lo que significa para el público y para otros muchos directores. Así que o te gusta y te magnetiza o te echa de su lado sin remisión. A mí me ha enganchado. Y me apetece hablar de El muerto y ser feliz porque me ha gustado mucho.
La película es más rara que un perro verde, eso de entrada. Comienza con un señor en un parque, enfocado desde arriba, reducido casi al tamaño de un playmobil, mientras una vez en off nos va narrando lo que sucede. Que una mujer se acerca al caballero para darle morfina.
El caballero de la triste figura no es otro que Santos, quien va camino de palmarla porque en su cuerpo moran tres tumores diferentes. Santos ha sido asesino profesional. Recibe un encargo que no lleva a buen puerto. Y decide poner tierra por miedo.
Estamos en Argentina. Un país que habida cuenta de su extensión es ideal para pergeñar algo parecido a una road-movie.
En una gasolinera, una mujer, Érika, se introduce en el auto, en su asiento trasero. Se baja, se va caminando, es renga, es coja. Luego Santos la acoge en su auto, en su seno, en su vida. Así, casualmente, sin comerlo ni beberlo, Santos que va camino de su extinción y Érika que sólo quiere huir, se abrazan en un recorrido de casi 5000 km por carreteras argentinas, al tiempo que se van conociendo. Un conocimiento respectivo, sútil e inteligente, con unos diálogos y situaciones de las que solo Rebollo es capaz de crear.
Sacristan se muestra patético. Lo vemos apalizado, fofo, desnudo, derrumbado, socavado, en las últimas. A su lado la gran actriz Roxana Blanco (maravillosa en La demora), cuya cara de tristeza y aflicción, te empapa el ánimo como una mortaja. Y así a lo tonto, van pasando los minutos, los kilómetros, la vida, registrado con una fotografía arenosa, sucia, surcando caminos de tierra, poblaciones dejadas de la mano de Dios, donde la gente vive y canta y festeja.
Respecto a la voz en off, es obra de Lola Mayo y Rebollo, los guionistas de la película. Si al principio nos ensanchan lo que vemos y anticipan lo que va a pasar o está pasando al final esa voz en off está tan perdida como todos los demás y ya no logra interpretar ni anticipar nada, porque la sombra acaba anticipando al cuerpo.
El muerto y ser feliz una obra arriesgada, singular, original, creativa y bella.
Hola vivo en Mex y quiero datos de contacto del Director, ojalá tengan algun dato de oficina o correo electrónico donde contactarle porfavor,
gracias
diana benítez