País: USA.
Año: 2007.
Duración: 124 min.
Género: Thriller, acción.
Interpretación: Mark Wahlberg (Bob Lee Swagger), Michael Peña (Nick Memphis), Danny Glover (coronel Isaac Johnson), Kate Mara (Sarah Fenn), Elias Koteas (Jack Payne), Rhona Mitra (Alourdes Galindo), Rade Sherbedgia (Michael Sandor), Ned Beatty (senador Charles F. Meachum), Jonathan Walker (Louis Dobbler), Justin Louis (Howard Purnell).
Guión: Jonathan Lemkin; basado en la novela «Point of impact» de Stephen Hunter.
Producción: Lorenzo Di Bonaventura y Ric Kidney.
Música: Mark Mancina.
Fotografía: Peter Menzies Jr.
Montaje: Conrad Buff y Eric Sears.
Diseño de producción: Dennis Washington.
Vestuario: Ha Nguyen.
A Fuqua, el director lo conocemos de trabajos anteriores como Lágrimas de sol, o Día de entrenamiento, ya comentadas aquí. En esta ocasión la cosa va de conspiraciones.
Swagger es un marine que en una operación en Etiopia donde labora como francotirador es abandonado por su gobierno. Desencantado se refugia entonces en una cabaña en pleno bosque, al estilo de Rambo, pero con menos músculos. Pasan tres años y aún recuerda el día en que sobre la loma, su mejor amigo murió, tiroteado por un helicóptero. Recibe entonces la visita de un coronel del ejército. El Presidente puede ser asesinado en breve y precisan su ayuda para trincar al francotirador que llevará a cabo el asesinato.
Swagger cuyo defecto según él es su patriotismo, dice sí y se decide a ayudarles. Nada es lo que aprece y entonces Swagger se convertirá en el hombre a abatir, un fugitivo de la justicia, carnaza de noticieros. Comienza entonces la persecución y el ex-marine debe aguzar su inteligencia si quiere seguir con vida mientras las balas silban a su alrededor.
Cuenta con la ayuda de Nick, un agente del FBI, al que su compañeros creen un panoli, que cree en la inocencia de Swagger y ayudará a este a dar su merecido a los malos, contando para ello con la colaboración a Alourdes.
Los malos lo son mucho, pero se saben intocables, porque el Gobierno hace y deshace a su antojo sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo. Así que más vale pasar por el aro o mirar para otra parte, cuando suceden ciertas cosas. Así se habla de las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak, de la Prisión de Abu Ghraib y otras lindezas llevadas a cabo por el ejército americano, allende sus fronteras, pero en un tono que me recuerda la frívola «El señor de la guerra«
La película derrocha adrenalina, durante sus dos horas de duración y cuenta con abundantes localizaciones, como el paradisiaco glaciar en las postrimerías. El despliegue de medios es espectaculares, con muchos tiros y explosiones y un ritmo adecuado que no la hace pesada, si bien el discurso moral de la historia chirría un poco, pues Swagger pasa de ser un perrito faldero que dice a todo que sí a su gobierno a montar su propia guerra, toda vez que la justicia no depara el resultado deseado.
A Swagger le echa una mano la guapa Sara (Kate Mara), la viuda de su amigo asesinado. Podemos decir que El tirador, entretiene y mucho, que es vistosa y bien ejecutada. El prota Mark Wahlberg (Bob Lee Swagger) cumple con creces a la vista de la hondura psicológica de su personaje. Los malos Danny Glover (coronel Isaac Johnson), Elias Koteas (Jack Payne) cuesta verlos si no es con una camisa de plomo, pues son odiosos.