TITULO ORIGINAL Le vent nous emportera
AÑO 1999
DURACIÓN 115 min.
PAÍS Irán, Francia
DIRECTOR Abbas Kiarostami
GUIÓN Abbas Kiarostami
MÚSICA Peyman Yazdanian
FOTOGRAFÍA Mahmoud Kalari
REPARTO Behzad Dourani
PRODUCTORA Coproducción Irán-Francia
Quien conozca el trabajo de Abbas Kiarostami la película no le deparará sorpresas. De nuevo surge el cine contemplativo, la observación de lo cotidiano. Unos hombres llegan en un todoterreno a un pequeño pueblo a 700 kilómetros de Teherán para grabar el funeral de una de las habitantes. Esto lo llevan en secreto y al niño que les recibe y acoge dicen ser buscadores de tesoros.
Se inicia con un plano general del coche llegando al pueblo entre campos verdes y amarillos de cereal. Toda la película registra los movimientos de Behzadque se supone es el director del documental. Todo cuanto acontece lo vemos a través de sus ojos.
Se van desgranando escenas de vida cotidiana. Los jóvenes están el campo pues es tiempo de recolección, mientras los ancianos, los niños y las mujeres permanecen en el pueblo. Los niños van a la escuela, las mujeres laboran, faenan, se ocupan de sus múltiples hijos, los ancianos beben té y pasan las horas mirando el horizonte.
Behzad conocerá a las gentes de ese pueblo del valle negro, donde se respetan las tradiciones, donde no hay tele ni radio, sí alguna moto, trabará amistad con el niño, con un hombre que cava un pozo junto al cementerio y a poco muere asfixiado. Conocerá también a su joven amada, que ordeñará leche fresca para él, pues a todos les honra su presencia y le recitará una poesía de Forough Farrokhzad que da nombre a la película.
Behzad recibirá llamadas de su productora y cada dos por tres irá hasta el cementerio, al punto más alto del pueblo donde hay cobertura y pedirá más tiempo, el necesario para que la potencial difunta, de más de cien años, finalmente muera y puedan llevar a cabo su objetivo.
Como dice el doctor su tiempo libre lo usa para contemplar la naturaleza, su gama de colores, su equilibrio perfecto. Hay imágenes de tortugas y de escarabajos peloteros afanados en su tarea, que no se rinden.
No hay sobresaltos en el cine de Kiarostami, ni efectimos sino un cine directo, sencillo, naturalista, algo parecido a un documental donde registrar un trozo de vida humana, un ejemplo de arqueología visual que servirá en el futuro de documento histórico.
Kiarostami debe el nombre de su película a un poema de Forough Farrokhzad (1935 – 1967)
El viento nos llevará
En mi noche, tan breve, ¡ay!
El viento está a punto de encontrar las hojas.
Mi noche tan breve está llena de devastadora angustia
¡Escucha!¿Oyes los susurros de las sombras?
Esta infelicidad que siento ajena a mí
Estoy acostumbrada a la desesperación
¡Escucha!¿Oyes los susurros de las sombras?
Allí, en la noche, algo está ocurriendo.
La luna está roja e inquieta.
Y, agarrada a este tejado
podría derrumbarse en cualquier momento.
Las nubes, como una multitud de mujeres de luto,
esperan el nacimiento de la lluvia.
Un segundo, y luego nada.
A través de esta ventana,
la noche tiembla
y la tierra deja de girar.
A través de esta ventana, un extraño se preocupa por
mí y por tí.
Tú, en nuestro césped,
pon tus manos -aquellos abrasadores recuerdos-
en mis tiernas manos
y pon tus labios, llenos de calor vital
en contacto con mis tiernos labios.
¡El viento nos llevará!
¡El viento nos llevará!
Hola Juan, gracias por tu comentario. Mirito Torreiro es uno de los críticos de Fotogramas que más me gusta leer, pero no soy él, a lo más que aspiro es a comentar algunas películas y comentarlas en esta humilde blog.
Saludos.
Enhorabuena amiga o amigo, tu crítica de esta genial película es magnífica. Me ha encantado.
¿Eres Mirito Torreiro o alguien así? 🙂
Volveré a revisar todo lo que has escrito.
Muchas gracias.
Juan Aldea