Dirección y guión: José Luis Guerin.
Género: Documental.
Año: 2001.
País: España.
Duración: 125 min.
Interpretación: Juana Rodríguez,
Iván Guzmán,
Juan López López,
Santiago Segade.
Producción: Antoni Camín Díaz.
Fotografía: Alex Gaultier.
Montaje: Mercedes Álvarez y Núria Esquerra.
Este ameno documental rodado entre el 1998-2000 plasma la construcción de un bloque de viviendas en el barrio chino de Barcelona. A las personas que las habitan y que son desalojadas les dan ochocientas mil pesetas y construyen en ese lugar, unos pisos que la constructora venderá por veinte millones o más ( eso dice uno de los que curran en la obra). La columna vertebral del documental es la construcción del edificio, pero la historia se bifurca en otras tantas historias, de la gente que trabaja en la obra, o que habita en el barrio;
La pareja de adolescentes ( ella que se prostituye y él, que siente poco o ningún aprecio al trabajo, viviendo sus vidas entre calada y calada a los porros). El abuelete que recoge objetos en las calles, que luego vende y que tiene una labia encomiable ( a recordar su oda al mar, y su explicación de que son los tifones, no sifones). El joven encofrador que tira los tejos a la adolescente que vive enfrente de la obra, y al cual le toca hacer la mili, muy a su pesar, pues supone perder el contacto con la joven, la cual para más inri se va a mudar al Poble Sec. El marroquí de la obra que lee poesía ( lo malo no es la muerte, lo malo es esperar la muerte) y cuyas conversaciones giran en torno a la lucha de clases, la religión, las revoluciones y que trae de cabeza al paleta cincuentón que trabaja con él, el cual dice albergar dosis inmensas de soledad y que pasa los fines de semana en casa encerrado dándole a la botella, y hay muchas más personas, que no personajes, porque lo que vemos son personas de carne y hueso, que hablan de sus cosas sin actuar, que comparten sus soledades y desesperanzas con el espectador.
Hay momentos hilarantes, como la reacción de la gente ante el descubrimiento de unos restos humanos, como consecuencia de la realización de la obra. Aflora la sabiduría popular y el gracejo ibérico ( ricos y pobres caben en el mismo agujero, ahí no hay distinciones). Unos creen que son restos de la guerra civil, otros que si son del siglo III, otros dicen que habría que dejarlos sin tocar y no edificar encima, opiniones hay de todo tipo.
El documento sin ningún esquema narrativo ( tan solo ver el comienzo y fin de una obra que dura tres años) brilla por las personas que se asoman a las cámaras, que nos abren su corazón sin tapujos. Esta película te deja la misma sensación en el cuerpo que cuando te tiran un caldero de agua fría un día de verano. ( te das cuenta de que estás vivo)
IMDB | Festival de San Sebastián
pena!